La decisión de los hermanos Noble de voluntariamente acceder al análisis de ADN sigue generando suspicacias tanto en la defensa como en las querellas. A la parte acusadora la sorprendió tanto la resolución que no supo cómo reaccionar. Apenas mostró "cautela y satisfacción". Temen alguna maniobra judicial que termine haciendo caer la causa –lo cual es improbable– o dilatar, una vez más, la prueba que pueda develar la verdad.
Pero no son los únicos que sospechan. En el Grupo Clarín interpretaron la reacción de las querellas como una muestra de que no quieren que los análisis se hagan, algo que, por supuesto, va en contra de lo que han expresado los organismos de derechos humanos desde un principio.
"¿No tendrían que estar eufóricos? ¿No es lo que querían? Yo no los veo eufóricos. Todo me hace presumir que ellos no quieren que se haga el análisis porque saben que les va a dar negativo", analizó una fuente del Grupo en diálogo con PERFIL. "Ellos deben tener el dato de los servicios de información", manifestó.
La teoría de ellos es que la sangre que el juez Conrado Bergessio les extrajo a los Noble fue utilizada en forma secreta para hacer el cotejo. Pero no se explica, entonces, por qué las Abuelas y las querellas siguieron adelante intentando que el proceso se llevara a cabo según la ley, que indica que la sangre se debe sacar en el Banco de Datos Genéticos y confrontarse con las 246 pruebas genéticas de familiares de desaparecidos.
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