Una frase inesperada que causó cierto ruido entre dos equipos del mismo signo político. El ministro de Producción, Francisco Cabrera, expresó que la diferencia entre ser ministro porteño y nacional "es como manejar un Fiat 600 o una Ferrari". El ministro de Modernización porteño, Andy Freire, salió a cruzarlo con humor: “Estoy feliz de la vida manejando mi Fiat 600".
En diálogo con el diario La Nación, el ministro Cabrera graficó con una imagen automovilística la distancia que existe entre conducir una cartera para la Nación y la Ciudad: “Es como manejar un Fiat 600 o una Ferrari. La capacidad que tenés en el Gobierno es infinitamente más grande, al igual que la responsabilidad”.
En declaraciones a Perfil, el ministro de Modernización de la Ciudad, Andrés Freire, le contestó a Cabrera con un toque de humor: “Estoy feliz de la vida manejando mi Fiat 600. Estoy muy orgulloso de hacerlo, es lo único que puedo decir”.
Además, agregó: “Seguramente la capacidad de acción y la responsabilidad sea mayor. El ámbito nacional tiene más impacto y alcance. Pero a mí me gusta y entusiasma mucho más el trabajo en la Ciudad, porque tiene una escala mucho más tangible y concreta”.
Durante los últimos días, Freire se convirtió en uno de los actores clave en la solución del conflicto con los manteros. Ayer prometió que los vendedores ilegales que tenían cerca de 2.000 puestos instalados sobre las avenidas Pueyrredón, Rivadavia y Corrientes “no vuelven a Once” y que serían reubicados.