Como cada vez que recorre el mundo, Cristina Fernández causó sensación en su viaje a la India. Su diseñadora favorita, Susana Ortiz, le preparó los conjuntos para cada día de la gira: varios vestidos, entre ellos uno en gasa color crudo con un estampado en azul y falda tableada, también túnicas de satén de seda por debajo de las rodillas (estilo camisero) en colores que la diseñadora define como mandarina quemada y en la gama de los violetas, y para combinar, pantalones también de seda y de gasas, texturas muy frescas para soportar el calor asiático sin resignar elegancia. El pedido especial de la Presidenta a Ortiz: un coqueto foulard con que se cubrió la cabeza para ingresar al Palacio Real de Marruecos. Los comentarios que la esposa de Néstor Kirchner suele cosechar por su look son casi siempre elogiosos, aunque el vestuario es apenas una parte del secreto. Debajo de las faldas y las blusas, de los pantalones, de la capa de maquillaje que cubre su rostro, está la verdadera revolución estética de Cristina.
NOTICIAS consultó a diversos expertos en tratamientos de belleza y a cirujanos plásticos, incluida la que atendió a la Presidenta durante cinco años, Mónica Milito. El resultado de la investigación es el que se desarrollará en estas páginas: la Presidenta se sometió a dos cirugías –una lipoaspiración y un implante de siliconas en los pechos– y a otros tratamientos sin bisturí, como el relleno facial con ácido hialurónico, las inyecciones de bótox, la aplicación de hilos tensores en el cuello, la radiofrecuencia y las sesiones de endermologie y con electrodos, entre otros secretos de belleza.
Cristina está en permanente transformación. Y no duda en recurrir a la ciencia para verse bien.