La suerte de Montoneros en el caso Rucci depende de un Magnum 357

El fantasma de José Ignacio Rucci no podría descansar en los oscuros pasillos de los tribunales de Comodoro Py. El expediente de la causa, ahora a cargo del juez federal Ariel Lijo, sufrió más que el paso del tiempo. Luego de 35 años, el magistrado se encontró con que la mayoría de las pruebas ya no están. Por ahora, Lijo busca constatar la existencia del departamento de la calle Juan B. Justo, donde según el libro Operación Traviata se habría orquestado el operativo para matar al dirigente. También solicitó a la Policía Federal el supuesto informe sobre el robo del arma de un custodio del sindicato de Obras Sanitarias, durante un operativo presuntamente realizado por Montoneros. El documento habría sido entregado a Juan Domingo Perón.

Lijo necesita determinar si ese departamento existe y, en ese caso, quién es el dueño y a quién se lo alquiló antes del atentado.

“Todo lo que se secuestró se perdió en el fuero de Instrucción. Si esas pruebas estuvieran hoy al alcance del juzgado, se podría incluso evaluar la posibilidad de un examen de ADN de las ropas y sogas encontradas”, aseguran en el juzgado. Entre lo que se logró rescatar de la instrucción original, se encuentra la fotografía de la supuesta arma robada en Obras Sanitarias. Según el autor del libro, Ceferino Reato, tras recibir ese informe el general Perón quedó en conocimiento de que ese revólver estaba en poder de Montoneros y que el arma habría sido dejada en el lugar como señal de la autoría del crimen.

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