El fatal accidente de trenes en el Sarmiento desarticuló la estrategia electoral del Gobierno a una semana de que se presenten las listas con los nombres de los candidatos. Florencio Randazzo, ministro del Interior y Transporte, y responsable político ante la tragedia, era el hombre que quería Cristina Kirchner para encabezar la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.
Pero si bien reaccionó rápido y contestó las preguntas de los medios (a diferencia de su precedesor, Juan Pablo Schiavi, ante la tragedia de Once), es muy difícil que pueda hacer campaña tras una tragedia en su área, que dejó un saldo de tres personas muertas y 300 heridos.
Randazzo tuvo que añadir ayer otro infortunio: una pelea entre el gremio de portuarios que terminó con balazos incluidos en Retiro. El Puerto está bajo su jurisdicción.
Para defenderse, el Gobierno alimenta la teoría conspirativa, que hizo pública Luis D’Elía, pero a la que adhieren a modo de excusa varios funcionarios del gabinete: “Revisá los archivos. Esto con (José) Pedraza libre no sucedía”, disparó un encumbrado diputado K. Se refería, así, al titular de la Unión Ferroviaria, preso desde hace meses por el crimen de Mariano Ferreyra. Traducido: dicen que Pedraza maneja desde la cárcel sabotajes, para afectar a los K.
Es difícil medir el impacto del choque de trenes en el plano electoral. Faltan cuatro meses para que los argentinos vayan a las urnas y se suele decir que la sociedad tiene poca memoria. Habrá que verlo. Por lo pronto, crece la figura de Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, para ocupar el primer lugar en la lista de diputados nacionales en lugar de Randazzo. A Insaurralde lo presentan como la contracara K del tigrense Sergio Massa. Un intendente joven, con “gestión”, que venció la adversidad (se curó de un cáncer denominado seminoma) y que tiene ascendencia sobre la presidenta Cristina Kirchner. Insaurralde estuvo el jueves en la primera fila del acto que encabezó la jefa de Estado en el Museo del Bicentenario.
Si bien no hizo el cambio de domicilio, nadie en el oficialismo se atreve a bajar de la lista a Alicia Kirchner. El mismo día del choque tenía previsto hacer un acto en San Fernando, tierra del massista Luis Andreotti. Es decir, un hecho meramente político. Y a Cristina no le vendría mal tener el apellido Kirchner en la boleta, sabe que la ayudaría a arrastrar al núcleo duro que defiende al Gobierno y a algunos independientes.
En la nómina, claro, habrá más intendentes, porque CFK decidió respaldarse en el PJ y no en los transversales para ocupar los lugares. Quiere garantizarse que no manden a “cortar boleta” y que respalden al proyecto nac & pop. Uno de ellos será Fernando Espinoza, que controla La Matanza, el principal bastión electoral de la Provincia.
Un importante jefe de La Cámpora, envuelto en las elecciones de la Facultad de Derecho, confesó sentir que está ante un fin de ciclo cuando, de las 3.050 personas que ayudó a llevar en autos a votar para las elecciones del claustro, sólo 1.600 los apoyaron. “Ni los nuestros nos votan”, se quejó. “Este es un fin de ciclo y hasta los astros están en contra”, dijo el joven, que ocupa un cargo en Aerolíneas Argentinas, cuando vio el choque de trenes.