La trama judicial por las escuchas ilegales a Sergio Burstein, de Familiares de Víctimas de la AMIA, sumó un nuevo elemento: el juez federal Norberto Oyarbide, a cargo de la investigación, detectó 150 llamadas realizadas por el espíaGerardo Ciro James desde un celular perteneciente a ARPA, la agencia de seguridad propiedad del ex titular de la Policía Metropolitana, Jorge “Fino” Palacios.
Hubo más. Oyarbide comprobó que James hablaba utilizando la antena más próxima a la policía porteña y al Ministerio de Seguridad, lo que echaría por tierra lo dicho por el titular de la cartera, Guillermo Montenegro, que en su momento se encargó de minimizar el espacio del espía dentro de la fuerza porteña: “Dejó su curriculum y estaba en etapa de preselección (…) igual que otros 1800 tipos. No trabajó bajo ninguna modalidad”.
La historia de las escuchas se conoció hace un mes, cuando Burstein denunció que un llamado anónimo le advertía que “Fino” Palacios había intervenido su teléfono. Tras una investigación, se conoció que su celular efectivamente estaba pinchado pero por la Justicia de Misiones que lo vinculaba a un homicidio. Según trascendió más tarde, esa pista falsa endilgada a Burstein habría sido plantada por James.