Agrupaciones kirchneristas lanzaron hoy una campaña para reformar la Constitución que intentarán hacer efectiva el año próximo "para crear un nuevo Estado al servicio de las mayorías populares" y en septiembre harán un congreso para ese fin.
Aclararon en el acto que la intención es hacer un llamado al debate sobre el cambio de la Carta Magna, aunque no existe unanimidad entre las agrupaciones en torno de las reformas que podrían introducirse y aseguraron que no existe como tema la posibilidad de establecer modificaciones al actual sistema de reelección presidencial.
Según un cronograma que dio a conocer el titular de la CTA oficialista, Hugo Yasky, a partir del mes próximo se constituirá el "Movimiento por una nueva constitución emancipadora" en cada uno de las provincia con la perspectiva de realizar un congreso nacional en septiembre y generar el cambio de Carta Magna al cumplirse el año venidero el segundo centenario de la Asamblea del año '13.
"Cada Constitución es reflejo de un proyecto de país: la vigente es hija del Pacto de Olivos y de la hegemonía del Consenso de Washington que fue pensada para el proyecto neoliberal de sumisión de la Nación, de extranjerización de la economía, el saqueo de los recursos naturales y la exclusión de millones de argentinos", señala el documento aprobado por las organizaciones identificadas con el Gobierno.
Del acto participaron, además de Yasky y el sindicalista Pedro Wasiejko, de la CTA; Luis D'Elía (Miles); Ricardo Forster (Carta Abierta), Edgardo De Petri (Frente Transversal), Ariel Basteiro (Nuevo Encuentro) y representantes del Movimiento Evita, de Descamisados, del Partido Comunista y otras organizaciones kirchneristas.
En cambio no estuvieron presentes representantes de La Cámpora ni de Kolina.
El encuentro, realizado en el Teatro Margarita Xirgú, los dirigentes kirchneristas suscribieron un documento en que afirman que se "debe construir una nueva Constitución no desde pacto y cenáculos sino desde la más amplia participación de la mayoría en la senda del constitucionalismo popular practicado en nuestra América" como en Venezuela, Ecuador y Bolivia.
"Cada proyecto histórico tiene su derecho en la medida en que conjuga al pueblo para organizar las reglas que lo rigen" y definió a la iniciativa como "un proyecto nacional, sudamericano, popular, democrático y profundamente reparatorio".
El Movimiento por una nueva Constitución convocó a la participación de "todos en esta gesta, que será insultada, vilipendiada y ensuciada por las corporaciones que están dispuestas con uñas y dientes a defender sus privilegios".
