La socióloga Lucia Dammert nació en Perú y su experiencia en materia de seguridad la llevó a trabajar para los gobiernos de México, Chile y Argentina. En una entrevista con PERFIL, asegura que la utilización de las Fuerzas Armadas para la lucha contra el narcotráfico no es la respuesta más efectiva.
—¿Cómo ve la experiencia de países que emplearon a sus FF.AA. contra el narcotráfico?
—No hay evidencia de que el uso de las Fuerzas Armadas genere una respuesta más efectiva contra el crimen. Sin embargo, en aquellos países donde se abandonó la institución policial dejando de invertir en formación, infraestructura y mecanismos de accountability (rendición de cuentas), la penetración del crimen organizado generó que se incluyeran a actores no tradicionales en la lucha contra el crimen. Las FF.AA., en muchos casos, no están preparadas para las tareas preventivas e incluso de patrullaje que realizan. Pueden utilizarse en un momento de crisis pero no deberían ser la columna vertebral para la lucha contra el crimen.
—¿Es conveniente utilizar a las Fuerzas Armadas en cuestiones internas?
—Las FF.AA. no son una solución a la problemática. Entregarles la lucha contra el tráfico sería un error no sólo por el pasado de intervencionismo político sino también por su limitada preparación.
—Algunos especialistas creen que la Argentina se podría colombianizar y mexicanizar. ¿Usted qué cree?
—La Argentina enfrenta un problema muy serio por la crítica situación de las instituciones policiales con bajos niveles de efectividad, altos niveles de corrupción, limitadas capacidades institucionales así como por la falta de legitimidad de la Justicia que es percibida como lenta, corrupta e ineficiente. La carencia de un plan de acción gubernamental claro en el área de seguridad aumenta la liquidez del sector.
—La Argentina tiene frontera con Bolivia, productor de coca, y con Paraguay, de marihuana. ¿Cómo controlar una frontera tan extensa?
—Cuando hay demanda, se generará la oferta. El problema en la Argentina no es sólo el vecindario sino el creciente grupo de consumidores problemáticos que generan y consolidan un mercado para el tráfico. Aumentar los controles es uno de los elementos más relevantes de una estrategia general de prevención y control del delito pero no es el más importante.
—¿Cómo ve la decisión de Uruguay de liberar el consumo de marihuana?
—Me parece una idea interesante. La guerra contra las drogas como iniciativa no ha funcionado y en América latina está dejando cientos de miles de muertos. Avanzar con mejores formas de enfrentar el problema es urgente.