La Fundación Madres de Plaza de Mayo también recibió donaciones extranjeras de las que tampoco se habrían rendido cuenta, según contaron a PERFIL ex autoridades de esa institución.
El caso más resonante ocurrió en 2006, cuando el entonces embajador de Venezuela en Buenos Aires, Roger Capello, despidió a la encargada de administración de la embajada por negarse a aprobar un balance financiero donde no se rendía cuenta de un monto donado en efectivo a la Fundación Madres de Plaza de Mayo. La contadora, cuyo nombre no trascendió, habría llevado a Sergio Schoklender 230 mil dólares para proyectos educativos.
Según fuentes del chavismo, ante el pedido de la administradora de la embajada, Schoklender se negó a entregar una factura o comprobante del dinero recibido. Cuando la funcionaria venezolana se negó a aceptar la orden de Capello de dejar pasar el episodio, fue despedida. La mujer “estuvo en juicio laboral con la embajada hasta hace seis meses, cuando lo ganó, cobró su indemnización y se volvió a Venezuela”, contaron allegados a la embajada.
“Lo que sorprendió fue el monto. La embajada hace donaciones para proyectos sociales, pero no superan los 10 mil dólares, debe haber sido fondos que ingresaron desde Pdvsa”, agregó la fuente.
Un ex colaborador de Hebe de Bonafini contó a PERFIL: “La mayoría de los aportes extranjeros se cortaron con la salida de Vicente Zito Lema, en 2003, pero ese año empezaron los flujos de dinero del kirchnerismo”. “Recibíamos fondos de algunos ayuntamientos del PSOE español. El Principado de Asturias nos enviaba 150 mil euros al menos una vez al año.
También recibíamos aportes de una ONG de Holanda para reformas en la Universidad Popular, pero Bonafini y Schoklender nunca cumplieron con ese proyecto y eso generó cruces con Zito Lema. Al final, nunca rindieron cuenta del dinero y la ONG cortó el aporte.”
“Desde hace muchos años, reciben dinero de Italia. Hebe incluso encabezó una gira (por ese país) para recolectar fondos, especialmente en las universidades italianas.”
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