Los casos de secuestros virtuales irrumpieron en 2003, junto con los secuestros extorsivos y los express, pero mientras las cifras de las otras modalidades comenzaron a descender, las de los llamados inventados se propagaron.
Hasta ahora, son tres los casos conocidos de secuestros virtuales que terminaron con la muerte de la víctima. Una vez por un asesinato y otras dos veces por ataques cardíacos sufridos por las personas que atendieron el teléfono.
El 10 de febrero de 2005 el despachante de aduana Facundo Azulay, de 36 años, fue asesinado después de ir a pagar a una villa un secuestro virtual.
En marzo del año pasado, Gregorio Meczkalo, de 73 años, falleció al sufrir un infarto cuando recibió una llamada telefónica de un hombre que le exigía 5.000 pesos para liberar a su hijo, que nunca estuvo cautivo.
El 12 de mayo último, Miguel Angel Carrieri murió al ver entrar a su hija Romina por la puerta de su casa, mientras negociaba con delincuentes que le decían que la tenían secuestrada.
(*) Redactora de Perfil.com.