Tras seis meses de enfrentamientos, los rebeldes iniciaron el 20 de agosto por la noche una ofensiva en Trípoli, apoyados por la Alianza Atlántica, gracias a la que controlan la mayor parte de la capital. Se desconoce, hasta hoy, el paradero del dictador libio Muamar Kadafi, quien supo negociar y pactar su perpetuidad y poder con gran parte del establishment político mundial.
Kadafi se hace llamar a sí mismo "Guía de la Revolución" desde que tomó el poder del país en 1969. Quiso imponer en su país y en la región el panarabismo bajo la línea del líder egipcio Gamal Nasser, pero la unión de países árabes bajo una forma de socialismo local no tuvo éxito. Sin embargo, logró nacionalizar la tierra y la industria del petróleo, gracias a lo cual pudo acercarse a los primeros mandatarios del mundo.
Desde George Bush hasta Vladimir Putin y desde Cristina Fernández de Kirchner hasta Lula da Silva, el actual líder militar más búscado del Magreb tuvo contacto comercial y político con todos ellos durante sus más de 4 décadas en el poder. Tanto gobiernos autocráticos como democráticos chocaron sus manos con el revolucionario jefe tribal.
En las últimas horas, nuevos enfrentamientos estallaron en Trípoli después de que el hijo de Muamar Kadafi apareciera libre para negar las afirmaciones de los rebeldes de que había sido capturado.
Las manifestaciones contra el régimen libio estallaron entre el 15 y el 19 de febrero. La contestación, reprimida de forma violenta, se extendió por todo el país hasta convertirse en un conflicto armado. El 19 de marzo, Washington, Paris y Londres lanzaron una operación, bajo mandato de la ONU, antes de que la OTAN asumiera la responsabilidad de las operaciones el 31 de marzo.