Durante este enero tampoco resignó sus caminatas por el helado Central Park y el paseo que bordea el East River, el río que separa a la isla de Maniatan de Long Island en Nueva York. Carlos Alberto Reutemann (69) cumple el rito cada año desde que se casó en 2006 con Verónica Ghio (41). Lo relaja y lo transporta a sus momentos de gloria como celebridad de la Fórmula 1, actividad de la que se retiró hace 30 años.
Esta vez, la única comunicación neoyorquina del ex gobernador fue bien escueta: dio libertad de acción a sus seguidores para que decidieran a su gusto la disputa interna del PJ de Santa Fe. Prescindencia total. Tanta que volvió a su casa del barrio Guadalupe, sobre la Laguna Stúbal, recién el lunes 7, dos días después de que el congreso partidario acordara que kirchneristas y reutemanistas compitan en las internas del 22 de mayo para llevar al peronismo local unido detrás de una fórmula única a las elecciones provinciales del 24 de julio. Sería la única alternativa para volver al poder, actualmente en manos del Frente Progresista de socialistas y radicales que sostiene a Hermes Binner. El operador político presidencial, Juan Carlos Mazzón se atribuyó el éxito de la misión encomendada: alinear al PJ provincial, con Reutemann adentro, detrás de la estrategia nacional reelecionista de Cristina Fernández.
Tres son las razones que esgrime “El Lole” para desertar, una vez más, de la pelea. Al menos eso es lo que cuentan sus escasos confidentes. Una surge de su propio análisis sobre le presente y el futuro del poder kirchnerista. Las otras, en cambio, revelan el estadio de ánimo personal. Su salud, afectada por una vieja dolencia cervical, lo tiene a maltraer y limita sus movimientos. Se le agrega el desgano: obedece a que mira las encuestas y comprueba tantao la ascedente imagen positiva de la Presidenta como la ausencia de alternativas creíbles en el Peronismo Federal
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