Aún furioso luego de su primera derrota en las urnas y mientras Cristina Fernández busca aire en la gestión a través del diálogo, Néstor Kirchner no puede con su genio y, según revela el nuevo número de la revista Noticias, elabora un plan para vengarse de los "traidores" a quienes culpa por el fracaso electoral del 28 de junio.
En su listado de enemigos, el ex presidente tiene a varios gobernadores, intendentes, al campo y a la oposición. "Van a tener que sufrir un largo tiempo", amenaza Néstor desde Olivos en sus momentos de euforia, sin terminar de reconocer aún el hecho de haber sido derrotado en elecciones.
La vendetta de Kirchner arranca por los intendentes del conurbano. Está seguro de que muchos jefes comunales pactaron con Francisco De Narváez en un claro gesto de traición y lo llevaron a la derrota. Por eso, ya tiene planeado un esquema de castigos que incluye bloqueo de fondos sociales, paralización de obras públicas e intromisión directa en los distritos.
Las localidades más odiadas por el ex presidente son La Plata y Tigre. En la capital provincial, el intendente Pablo Bruera ya comenzó a sentir el ahogo fiscal luego de que sus candidatos sacaran más votos que los K. Le cortaron las partidas del Ministerio de Desarrollo Social que controla Alicia Kirchner, y otras negociadas antes de los comicios para obras asfálticas.
Asimismo, Kirchner sigue molesto con el ex jefe de Gabinete e intendente de Tigre, Sergio Massa, cuya mujer, Malena, le sacó 14 puntos de diferencia en las elecciones. "Pactó con el Colorado", se queja Néstor, y promete retaceo de fondos.
Otros intendentes en la mira son el de Berazategui, Juan José Mussi -que como candidato testimonial sacó 16 puntos más que Kirchner- y el de Tres de Febrero, Hugo Curto, en cuya localidad ganó la fórmula de De Narváez. "Había pintadas del Colorado en muchas paredes del distrito. Sin autorización del Intendente es imposible hacerlas", se queja un funcionario K.
Por otra parte, Kirchner intentará dividir a los productores agrarios premiando a unos y castigando a otros. Planea bajar los actuales niveles de las retenciones al trigo y al maíz, pero tras sugerirle un ministro que también lo haga con la soja le gritó: "Si festejaron el voto de Cobos que dejó las retenciones en 35 por ciento, que se la banquen".
A De Narváez, claro, también se la tiene jurada. Quiere demostrar que la embestida judicial contra el empresario en plena campaña no fue una operación basada en datos falsos. "No puede justificar la plata que tiene en fideicomisos en el exterior, de esa causa no zafa", se enoja. Quizás se olvida de que él tampoco puede justificar cómo en año su patrimonio aumentó un 158 por ciento.
(La nota completa, en la edición impresa de la revista Noticias)