POLITICA
Diario Perfil

Ley de medios: secretos, delirios y verdades de la sesión en el Senado

Ambiente de estudiantina; referencias bizarras; discursos apoteóticos y votos por favores políticos y económicos. El backstage de una maratónica jornada.

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| Santiago Cichero.

La espera está en el aire. El aire espera, la gente espera, excitada y nerviosa, con automática sonrisa a flor de labios.Todos los relojes del Congreso parecen correr mas lentos.

 —Esta es la madre de todas las batallas –dijo Gabriel Mariotto, el titular del COMFER, sin advertir que esa misma frase fue la que usó Saddam Hussein frente a Estados Unidos en la Guerra del Golfo. Um M’a rak, la madre de todas las batallas, así la llaman en Irak, recordando la batalla entre los griegos y los persas en agosto del año 480 a.C., en el Paso de las Termópilas. Los nombres juegan y se repiten: Jerjes era el hijo de Darío que enfrentó a los griegos; Jenefes es el senador jujeño que en unas horas dará vuelta su voto. Jerjes, el persa, llegó a la batalla para vengar a su padre derrotado en Maratón; Jenefes, el jujeño, llevará adelante la venganza del matrimonio, que ahora espera en Olivos el día en que “Senado TV” casi supera la audiencia de ShowMatch. La madre de todas las batallas, la que ahora todos esperan, fue para el exagerado historiador Herodoto el encuentro entre 200 mil hombres y 300 guardias espartanos.

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 —Hoy nuestras flechas oscurecerán el sol –dicen que dijeron.

—Tanto mejor, así lucharemos a la sombra.

En el recinto no hay sol ni sombra, sino un juego que está por comenzar y que se asemeja a un paso de comedia:cada uno dirá su parte de una letra que ya fue escrita en las reuniones de comisión. Las sorpresas, de existir, serán mínimas pero letales: una votación ajustada como la de aquella Resolución 125 es un fantasma que nadie ha podido conjurar.

Al mediodía, todas las miradas convergen en el cartel electrónico que registra los presentes: el Gobierno logra el quórum con la ayuda de dos repentinos amigos: los senadores por Tierra del Fuego, Jose Martínez y María Rosa Díaz, quienes en marzo abandonaron el ARI y votaron por adelantar las elecciones. La pareja fueguina tiene ahora otro objetivo: el Senado tratará la semana que viene el impuestazo tecnológico del 30% a los equipos importados y de 0% para los ensamblados en Ushuaia.

A las 12.30 la cuenta está clara: el Gobierno necesita 43 votos positivos en el tratamiento general de la ley y tendrá unos 39 en el voto en particular, artículo por artículo.Las fuentes K consultadas por PERFIL coinciden en que “la ley sale”, pero se necesita una votación amplia a favor para defender en unos meses a la ley en sede judicial. Un voto ajustado lo mostraría endeble ante la Corte Suprema.

12.43 horas:

Hay cuarenta y cinco anotados en la lista de oradores.

—¡Son diez horas de debate! –hace la cuenta un periodista en la Sala. Todos están molestos pero divertidos y hay cierto tono de estudiantina: “Vamos a tener que quedarnos hasta la madrugada”. Las caras, claro, irán cambiando a medida que avance el pijama party.

No hay “barras” a los costados del recinto y la sesión avanza con cierto tono monótono y sepulcral. Para colmo, el ochenta por ciento de los senadores es desconocido para el público y no tiene el encanto de, digamos, Winston Churchill, de modo que una parte del tiempo se pierde preguntando quién es que habla y la otra, preguntándonos qué quiso decir.

Lea la nota completa en la edición de hoy del Diario Perfil.

(*) Especial para Diario Perfil.