Es un misterio si se subió a la montaña rusa, al tren fantasma o a los simuladores espaciales. Pero cualquiera de esos entretenimientos le habrá resultado terapeútico a Elisa Carrió en medio del terremoto político que vive hoy. Lejos del país, desde el 22 de julio ella y sus hijos Victoria (16) e Ignacio (13) descansan en un hotel de Orlando, en el estado norteamericano de Florida, y concurren casi a diario al emblemático parque de diversiones DisneyWorld. Algunos argentinos que pasaban por allí la reconocieron y pidieron fotografiarse con ella. Carrió accedió, contenta.
En el Acuerdo Cívico y Social no cayó bien la decisión de Lilita de recluirse en los Estados Unidos justo cuando comenzaba el diálogo convocado por el Gobierno. Peor aún cayeron las declaraciones de la diputada electa: antes de subir al avión, criticó con dureza el hecho de sentarse a la mesa con el ministro Randazzo.