POLITICA
Diario Libre

Locos por Schoklender

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“Hay que estar muy loco para prestarle atención a Schoklender”, escupió Aníbal Fernández. El Gobierno aprendió, después de tantos años de poder, que lo mejor frente a una denuncia es ignorarla: con viento de cola y el cincuenta por ciento de los votos, no hay tema que dure más de una semana en los diarios, que –de todos modos– son parte de la “opo” y la “corpo” y, como todo el mundo sabe, mienten.

Ya el Boletín Oficial/12, como los medios del grupo Goebbels-Gvirtz, Szpolski y, ahora, Villarruel-Llorente (en el canal 360, en el que Electroingeniería decidió perder un millón y medio de dólares mensuales, plata que vuelve al pueblo después de todo), saben que de ese tema no se habla. Aun así, la reacción del futuro ex jefe de Gabinete es temeraria: si solo los locos pueden prestarle atención a Schoklender, ¿quién fue el loco que en el Gobierno argentino decidió poner a su disposición 1.200 millones? ¿Habrá calificado de “loca” a Hebe de Bonafini el ministro Fernández? ¿O habrán estado locos Néstor y Cristina? ¿Y si el loco fue De Vido?

Tal vez sea al revés: pero si el loco es Schoklender, ¿en qué momento enloqueció? ¿O fue loco siempre, y disimulaba? ¿El Gobierno entrega millones a los locos sin prevención alguna? ¿Habrá enloquecido Schoklender recién en el momento en que decidió pelearse? La historia es de locos. Y tomarse en serio las declaraciones de Aníbal Fernández es de idiotas.