Lo repiten todos como si fuese un mantra: 40-30-20. Ese es el número que los encuestadores ven que mejor está reflejando el escenario electoral a tres semanas de las elecciones. Hacia donde termine inclinándose la balanza terminará de definir si hay ballottage en la Argentina por primera vez en la historia o si Daniel Scioli logra el objetivo de ganar en primera vuelta.
La mayoría de los encuestadores, además, mantiene que Sergio Massa evidenció un leve crecimiento en las últimas semanas, pero que difícilmente le alcance para pelearle el segundo puesto a Mauricio Macri.
Según la Constitución, para ganar en primera vuelta un candidato debe superar el 45% de los votos positivos, o, como segunda opción, superar el 40% y sacarle más de 10 puntos de diferencia al segundo.
Ese escenario es el que todos los analistas están evaluando que se podría dar hoy. Scioli para algunos está en 38%, para otros llega a 42%. Macri, por su parte, oscila entre los 28 y los 31 puntos, según la encuestadora que lo mida. Mientras que Massa sigue lejos, con entre 18 y 22 puntos.
Artemio López es el único de los consultados por PERFIL que lo ve a Massa más cerca: 25,5 a 22,2.
Para Luis Costa, de Ipsos, el segundo puesto de Macri “es claro”. “Massa está tercero cómodo, sube, pero no mucho”, considera.
Hugo Haime asevera que el tigrense “podría crecer”, pero que para eso debería sumar todos los votos de José de la Sota, algo que hoy “no se ve”.
El clima electoral parece mantenerse bastante estable, pero no obstante los analistas esperan que con el comienzo de los spots publicitarios la gente vuelva a conectarse con la campaña. “Hay una desconexión –afirma Federico Aurelio–. Y da la sensación de que ninguno consiguió encontrar los factores que movilicen al electorado”.
Así, a pesar de que hay entre 20% y 30% del electorado que se muestra dispuesto a cambiar su voto, hoy eso todavía no se visualiza. Haime argumenta sus razones: “Macri empezó a crecer y lo de Niembro lo detuvo. Scioli creció, pero le cuesta seguir y necesita un impulso distinto. Massa atrae, pero no aparece como una opción para ganar”. “A pesar de todos los hechos que se fueron sucediendo, vemos todos los meses una estabilidad electoral”, coincide Aurelio.
Lo que está claro es que con los números tan ajustados ninguno se anima a arriesgar si habrá ballottage o no. “Hay que esperar las semanas que quedan. Es una campaña en la que la aguja se mueve más por los errores ajenos que por los aciertos propios”, precisa Fabián Perechodnik, de Poliarquía.