Son jóvenes, inquietos, verborrágicos y forman parte de las listas para diputados nacionales de la izquierda porteña. Reunidos por PERFIL, analizaron la campaña.
—¿Por qué la izquierda nunca llegó a espacios importantes de poder?
SOLANO: Hicimos el Frente de Izquierda (FIT) en 2011 y obtuvimos una votación interesante que hoy nos coloca en la expectativa de lograr una o dos bancas en Diputados. El FIT propuso que vayamos todos juntos, hubo partidos que no quisieron integrarse porque planteaban frentes con la centroizquierda. El balance no ha sido positivo en muchos casos porque esos votos que obtenía la izquierda eran dilapidados en acuerdos posteriores que no iban a ningún lado. En la Capital el electorado de izquierda es importante, no como dice el kirchnerismo, que los porteños son de derecha.
—¿Qué cuestiones se consideran de izquierda?
HAGMAN: Hay que hablar de izquierdas en sentido plural. Representamos una izquierda popular, que dialoga con los movimientos populares y que cree que los cambios no se dan por lo que plantea un manual. Hay fuerzas que se posicionaron equivocadamente ante ciertos conflictos. Una fuerza de izquierda tiene que ser independiente del Gobierno y del PJ, pero, al mismo tiempo, no puede ser funcional a sectores que se enfrentan al Gobierno.
VIALE: Somos una izquierda tricolor. Mantenemos la bandera roja relacionada con los derechos sociales, la bandera verde en lo ambiental y la violeta en los derechos de género. Conformamos un frente con los que luchan contra la megaminería, la sojización. En lo ambiental somos claros: la especulación inmobiliaria en la Ciudad llevó a que haya cada vez menos gente con vivienda propia. Mientras que en los últimos diez años se construyeron 20 millones de metros cuadrados, creció el 50% la población en villas.
—¿Por qué no hay una izquierda de mayorías?
S: Los otros partidos de izquierda son despechados: hicieron un frente con (Hermes) Binner y los dejó, como es el caso de Lozano, hicieron un frente con Pino (Solanas) y los dejó. El resto son expresión de un fracaso. Santa Fe es una provincia monopolizada por los grandes exportadores, nada de eso es izquierda. Pino está con Carrió. Por lo tanto, hablar de izquierda sin tener en cuenta qué defiende cada partido puede inducir al error.
H: La respuesta está en esta mesa: hay una cultura vinculada a la competencia, a ver quién es más de izquierda. Y Gabriel responde por qué los otros no son de izquierda. Esta cultura funciona como un obstáculo para que la izquierda deje de debatir entre sí y sea una alternativa de mayorías. Hay que confluir con otros sectores, incluso dentro del kirchnerismo.
V: En esto juegan los egos, cuestiones más mundanas. Desde que volvió la democracia hubo 39 elecciones nacionales y en treinta estuvo (Jorge) Altamira encabezando. Nos hablan de nuevas expresiones políticas y el principal referente, Claudio Lozano, hace diez años que es diputado.
S: No comparto. Lo que diferencia a una izquierda de otra es que la nuestra lucha contra el capitalismo.
—¿No terminan siempre cayendo en candidaturas testimoniales?
S: Esta vez vamos a pelear por entrar al Congreso.
V: Nuestro partido gobierna Tierra del Fuego (con Fabiana Ríos), no es testimonial.
S: No queremos que la izquierda sea furgón de cola de variantes capitalistas que terminan utilizando a la izquierda y luego la tiran al tacho de basura.
H: Si se discute la estatización de YPF y hay una izquierda en contra de eso, está siendo furgón de cola de un proyecto que no tiene nada que ver.
—¿El lema de campaña?
V: La izquierda tricolor.
H: Una juventud de izquierda que milita por el cambio social.
S: La izquierda al Congreso