Una vez confirmada la identidad de Santiago Maldonado, la investigación para conocer la causa de la muerte volverá a tomar impulso esta semana. Según las pruebas recabadas hasta el momento en los expedientes que instruyen tanto la fiscalía como el juez Gustavo Lleral, parte de la investigación volverá a apuntar al accionar de la Gendarmería durante el desalojo de la ruta 40, ocurrido el 1º de agosto pasado, momento en que se vio por última vez con vida a Maldonado. La mira está puesta en los celulares de los efectivos que participaron del operativo y en los móviles que utilizó la fuerza.
Poco después de conocida la desaparición de Maldonado, se mandaron a peritar alrededor de setenta celulares de los gendarmes que participaron del operativo. El contenido de varios de ellos se fue conociendo con el correr de los días y daban cuenta, de mínima, del descontrol y violencia que marcó el operativo.
Fuentes del caso explicaron a PERFIL que de los mensajes analizados hasta ahora no saldrían elementos que marquen con contundencia que hubo un plan de encubrimiento por parte de los efectivos.
Según pudo reconstruir este diario, la Procuvin, que asiste a la fiscal Silvina Avila, avanza en estudios sobre geolocalización de los aparatos de los gendarmes en el momento del desalojo y las horas posteriores. Lo mismo sucede con el procesamiento de imágenes, que ahora se focaliza en el lugar donde apareció el cuerpo.
En tanto, la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) busca reconstruir los movimientos de todos los vehículos de Gendarmería que actuaron durante el operativo de desalojo, así como las fechas previas y posteriores al 1º de agosto. La Procuraduría, a cargo del fiscal general Sergio Rodríguez, está cruzando el expediente de Asuntos Internos de la Gendarmería con la investigación –también interna– realizada por el Ministerio de Seguridad. Accedió a libros de registros de los destacamentos involucrados en el operativo de desalojo y a testimonios de gendarmes.
Ahora, la PIA se enfoca en analizar el kilometraje de todos los móviles que participaron en los operativos del 31 de julio y el 1° de agosto, pero también extendió el análisis a otras fechas, anteriores y posteriores a la desaparición de Maldonado. Algunos de los móviles están bajo sospecha por el supuesto traslado del joven tras su supuesta detención. La Justicia no ha podido aún corroborar qué sucedió con Santiago ese 1º de agosto.n