El sistema educativo bonaerense, el de mayor gravitación del país ya que concentra el más alto número de estudiantes, docentes y escuelas, puso en la superficie un grave problema que es el de la sobreedad, y por el que por chicos de entre dos y hasta 10 años de diferencia con sus compañeros se ven obligados a convivir en el mismo aula.
En datos generales es posible observar que en el primer ciclo de la escuela primaria básica (EPB) bonaerense un 6% de los alumnos alcanza ya un año de sobreedad y casi un 3% tiene dos o más años de sobreedad, producto de las repitencias en primer año y del ingreso tardío al sistema escolar.
"Como sabemos, los niños que en 3er año tienen 10 ó más años de edad se hallan en riesgo de no concluir la primaria o de no continuar en los niveles siguientes de la enseñanza", señalaron desde la cartera educativa provincial. La dirección General de Educación de la provincia tiró sobre la mesa el grave problema cuyo origen excede a la propia escuela, pero que, según indicaron, es desde ese ámbito donde tienen que dar las respuestas, la contención y las soluciones a los jóvenes que sobrepasan en dos o más años a sus compañeros de aulas.
Tal como sucede frecuentemente, la provincia de Buenos Aires que aglutina al tercio del sistema educativo argentino, marca las tendencias, los conflictos, las experiencias y los resultados del resto del país, en una suerte de "espejo" en el que se miran y reflejan las jurisdicciones educativas, aunque sus responsables intenten silenciar sus realidades. En la escuela primaria básica bonaerense (EPB), según datos oficiales, hay un 12% de chicos con sobreedad, equivalentes a unos 110 mil chicos, especialmente en el tercer año (ex grado) que representa a los chicos de entre 8 y 9 años. Por diversos factores, muchos ajenos a la enseñanza, comienzan a "quedarse", es decir, repetir el grado, y llegan a detentar hasta una sobreedad de cuatro ? más años.
Entre las causas que describe la cartera que conduce Adriana Puiggrós se mencionan el trabajo infantil -muchos chicos "cartonean" desde edad temprana o se quedan cuidando hermanos menores y faltan o se duermen en clase- o por inasistencias reiteradas por enfermarse frecuentemente, o por la falta de una familia que comprenda la importancia de la escuela y se ocupe del aprendizaje de los hijos.
Es así que un gran número de chicos pierde clases con sus objetivos y contenidos mínimos, sin que a sus propias familias les importe. Muchos padres arrastran largas historias de fracasos con la escuela y a veces tampoco las autoridades escolares no atienden con propuestas superadoras a este flagelo. Malena Welschen, coordinadora provincial del Programa de Alumnos con Sobreedad de la cartera educativa bonaerense, presentó días pasados los crudos datos de esta realidad y un documento de trabajo para inspectores jefes regionales, distritales y de áreas. "El proyecto intenta dar una respuesta pedagógica al problema de los alumnos con sobreedad; desde una mirada compleja, reconocemos múltiples factores y atravesamientos en esta problemática", dijo a DyN.
Agregó que "indudablemente, algunas de estas cuestiones exceden a la escuela, sin embargo pero sostenemos que es la institución educativa el lugar en el que nos toca trabajar para mejorar la sociedad, enseñando para que todos los alumnos aprendan". Welschen dijo que la matrícula "está constituida mayoritariamente por alumnos con altos porcentajes de inasistencias e inconvenientes para desempeñar en la escuela el rol de alumnos que la institución espera -tareas incompletas, indiferencia por la propuesta escolar, dificultades en algunos casos para permanecer en el aula y para entablar relaciones armoniosas con otros alumnos del grupo escolar".
Por otro lado, apuntó a las familias que "no siempre poseen una figura adulta que tenga posibilidades de sostener la continuidad del alumno en la escuela y que pueda, a la vez, contribuir a valorar los buenos desempeños escolares ante los ojos del niño". Según la funcionaria, el plan está pensado para que la escuela "deje de ser productora de sobreedad" y además para impedir que se siga estigmatizando a los chicos de mayor edad que sus compañeros y brindarles a contraturno en grupos de hasta 15 chicos, clases de aceleración a fin de que puedan adelantar año.
"No estamos pensando en un proyecto que se eternice para ayudar a los niños y niñas que inevitablemente continuarán o se incorporarán al grupo de los repetidores; por el contrario, este Proyecto busca ser lo más efímero posible a fin intentar brindar el andamiaje a quienes lo necesitan, pero sin dejar de preguntar hacia el interior de las instituciones, para revisar en conjunto las prácticas, cambiar lo necesario y fortalecer nuevas propuestas", aseveró.
Subrayó que la iniciativa "se trata de pensar y concretar estrategias para que los alumnos promuevan con más y mejores aprendizajes". La propuesta, según la especialista, hará "hincapié en la necesidad de una mirada diferente que debe dar la escuela para los alumnos con sobreedad; se trata de mirarlos como sujetos con potencialidades de aprendizaje y no como aquellos que tienen dificultades para aprender y que llevarán como estigma la sobreedad a lo largo de su trayectoria escolar".
Y en esa mirada se incluye pensar "en niños y niñas con posibilidades de recuperar y fortalecer su autoestima para recomponer sus trayectorias escolares, aprendiendo más en menos tiempo".