La noticia de la suspensión de la reunión entre el Gobierno y la dirigencia agraria no sorprendió demasiado. Fueron varias las pistas que dieron la pauta de que las condiciones para un diálogo sensato entre las partes no eran las mejores.
La confirmación de la cancelación del encuentro entre el Ejecutivo y los representantes de la Sociedad Rural, Coninagro, Confederaciones Rurales y Federación Agraria llegó de boca del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y más tarde fue confirmada por el ministro de Justicia, Aníbal Fernández.
La reunión, anunciada para las 16, iba a tener un marco especial, tras un domingo 25 de mayo atípico: por un lado la masiva concentración del campo en el Monumento a la Bandera en Rosario, con las incendiarias críticas de los ruralistas al gobierno y, por el otro, el acto por la fecha patria en Salta con el discurso de 16 minutos de la Presidenta, que apenas los mencionó.
Tras una jornada patriota, dividida en dos actos, el encuentro comenzó a caerse anoche, cuando Cristina Fernández de Kirchner analizó junto al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ex-presidente Nestor Kirchner el encuentro de los ruralistas en Rosario.
Aunque tanto Alberto como Aníbal Fernández lo negaron, habría sido durante una reunión en Olivos cuando se evaluó la posibilidad de cancelar la reunión de hoy. El principal enojo oficial se produjo por los discursos del campo durante el acto de Rosario, a los que calificaron de "golpistas".
La frase que causó más irritación fue: "El gobierno de los Kirchner es un obstáculo para que ese desarrollo sea posible y para que avancemos y podamos crecer con empleo y felicidad", pronunciada ayer por el presidente de Federación Agraria Argentina (FAA) Eduardo Buzzi. El mismo que hoy ponía en duda la reunión: "A esta altura de la mañana, no está confirmada" dijo a Radio Continental.
No era el único que desconfiaba del encuentro: el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Luciano Miguens, afirmó que ni él ni su organización habían recibido una invitación oficial. "Sé por los medios que la idea es reunirnos hoy, pero no sabemos quién va a ser el interlocutor, si serán técnicos y los mismos del último encuentro", explicó hoy a Radio Mitre.
Míguens se refería al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Carlos Fernández, presentes en la fallida convocatoria del jueves pasado. "Le tenemos miedo a estas reuniones; fueron tan negativas las dos últimas que tuvimos, que cuando llega el momento de poner el tema en la mesa" lo vuelven a postergar, dijo.
Otro discurso que ofuscó al Gobierno fue el del ruralista Alfredo De Angeli, titular de la FAA de Entre Ríos. "La Presidenta habrá podido ganar por el 40 por ciento, por el 27 por ciento del padrón electoral, o puede ganar por el 60 por ciento las elecciones, pero eso no la faculta a hacer lo que quiera con el pueblo", dijo ayer el dirigente anticipando que si hoy no había un acuerdo satisfactorio, "sin dudas habrá que hacer acciones" de fuerza a partir de mañana.
El encargado de responderle fue, otra vez, Alberto Fernández, al calificar e l acto de ayer como "un punto de oposición claro al gobierno" que "rompe toda lógica de diálogo". "Todos los discursos fueron con frases enormes, con conceptos tremendos, y esta idea permanente de que si no se hace lo que el campo quiere no hay posibilidad de encontrar una solución", declaró a Radio 10.
"No se le puede quitar legitimidad a quien fue elegida hace seis meses como se está hablando", concluyó Fernández.
Con dudas, incertidumbres, versiones, y un clima tenso iba a negociar hoy el Gobierno con los productores agropecuarios: así es muy difícil que se fuera a llegar a un acuerdo.