Los llamados telefónicos que se cruzaron toda la semana terminaron ayer en un encuentro con el gobernador bonaerense y flamante titular del Partido Justicialista Nacional. Pese a que la excusa era otra, los jefes comunales de la primera y tercera sección electoral quisieron enfrentar el debate post electoral con sólo una mesa de por medio.
En la sede porteña del Banco Provincia, a Daniel Scioli le tocó escuchar los pases de factura de los intendentes, de quienes dependió gran parte del resultado de la elección de la Provincia. Allí los jefes comunales aprovecharon que estaban frente al nuevo titular del partido para descargar enojo. Por esto, la reunión que se convocó para informar sobre la gripe A –H1N1, tuvo sus recreos: los primeros quince minutos, el final del encuentro y las reuniones después de la partida de Scioli fueron dedicados exclusivamente al resultado de los comicios del domingo.
De este modo, Scioli continuó con la serie de conversaciones que mantuvo esta semana con los gobernadores peronistas y con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Después de que Néstor Kirchner le dejó la conducción partidaria, el gobernador se tuvo que hacer cargo de la catarsis general. También de las críticas de quienes no le reconocen legitimidad para llevar adelante este proceso y piden su relevo, como Felipe Solá (ver página 6), Francisco de Narváez, Juan Carlos Romero y Ramón Puerta, entre otros. A tal punto llegó la embestida, que el propio Scioli debió aclarar que no pensaba dejar su cargo.