La situación de Florencio Randazzo en el Gobierno es muy delicada. Cristina Kirchner se debate entre conminarlo al freezer, como hizo con el ex vicepresidente Julio Cobos, o forzarlo a renunciar. Las primeras declaraciones de los voceros de la Casa Rosada tras la negativa del ministro del Interior a ir como candidato a gobernador fueron lapidarias.
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, advirtió que el “flaco” quiso condicionar a la Presidenta pidiéndole que no haya kirchneristas puros en la lista de Scioli. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, opinó que Randazzo “hizo el ridículo” y que le provocó un daño innecesario al proyecto. Según Mario Secco, de Ensenada, los intendentes no tomaron bien la decisión del funcionario. La propia Cristina escribió en Facebook las declaraciones de Aníbal Fernández. La tropa lo considera a esta altura un traidor. Fueron vertiginosas las últimas 24 horas en las que el ministro pasó de héroe a villano.
Molestó tanto el desaire a la jefa de Estado como que recibiera elogios por parte del Grupo Clarín y la oposición al unísono. “Pensó sólo en él”, graficó un funcionario del gabinete nacional. Y recordó que Randazzo “hizo mucho daño en Tucumán, empujando a (José) Cano a una alianza con Sergio Massa. En Jujuy, al recibir a (Gerardo) Morales. En Santa Fe, al decir que prefería a (Antonio) Bonfatti antes que al PRO. Y se las están cobrando”, agregó.
Hace tres años, Cristina le quitó el área de Transporte a Julio de Vido y se la transfirió a Randazzo. Así, le otorgó los recursos para renovar los ferrocarriles en todo el país. Hace un año, lo dejó correr como precandidato a la Presidencia. Hace un mes, la jefa de Estado resolvió quitarle la Dirección Nacional Electoral a Interior para que el “flaco” pudiera competir sin problemas legales. Hace cuatro días, lo bajó de la carrera presidencial, poniendo a su sostén político como vice de Daniel Scioli. Ayer, la orden fue mostrarlo ante la opinión pública y hacia adentro como un traidor al estilo Cobos.
Cuando terminó la reunión en Olivos, en la que Cristina le comunicó que sería candidato a gobernador, el entorno del ministro difundió que se iría del Gobierno el lunes. Quizás cumpla su palabra. La situación de Randazzo es extremadamente delicada.
Para colmo, dejó un tendal de heridos: desde candidatos a intendente hasta legisladores que debían renovar sus bancas. Una tropa que, según algunas versiones, le facturó haber pensado sólo en él. De acuerdo a esas versiones, hubo cruce de palabras subidas de tono ayer en su despacho. Allegados a Randazzo desmintieron que Cristina quiera reemplazarlo. Por ahora, está anotado para ir hoy al acto del Día de la Bandera.