Fiestas cruzadas de dos patriarcas: Macri y Werthein
Juntos suman 172 años y dos de los PBI per cápita más robustos del país. Y por esos azares del calendario, festejaron su cumpleaños en la misma lluviosa noche porteña, con invitados que cruzaban la Ciudad para cumplir con ambos. Julio Werthein y Franco Macri marcaron, cada uno por su parte, el pulso de una semana cargada de festejos. Werthein, “Julito”, como lo siguen llamando sus amigos, celebró sus 92 en Castañón, en el Bajo Flores, mientras que Macri padre fue agasajado por sus hijos en un espacio reciclado de San Telmo, por sus 80 años. El patriarca del clan, recién media hora antes de iniciarse la fiesta, se enteró de la dimensión del festejo. En uno y otro foro abundaron anécdotas y comentarios de todo tipo, incluso de la coyuntura. Werthein eligió una vez más el reducto que los hermanos Mario y Roberto Guerrieri tienen en la calle Castañón, el lugar donde el barrio aflora y lo protocolar queda de lado. Donde el chorizo se come ensobrado en pan y los tangos suenan hasta pasada la medianoche. En definitiva, el sitio ideal para que, como sucede cada tanto, hombres de la política y del empresariado vernáculo se reúnan a devorar pantagruélicos asados, a beber siempre el mismo Montchenot tinto y a paladear el clásico pan dulce que, según el mandato local, no debe comerse sólo en las fiestas. Pero nunca hay que descartar que la rigidez habitual en determinadas pautas pueda variar según la ocasión. Don Julio, quien tuvo a su cargo la convocatoria y logró lo que nadie pudo en años en ese foro: sentar a dos invitadas mujeres a la mesa principal, ambas pelirrojas: Lily Sielecki y Cristina Guzmán. Allí estaban también Juan Carlos Bagó y Bruno Quintana (recién llegados, el primero de Barcelona y el otro de Dubai), que venían de una reunión junto a otros empresarios con el ruso Dimitri Medvedev. Adrián y Daniel Werthein acompañaron como siempre a su tío, y el primero se despachó con una anécdota sobre un viaje con el cumpleañero por Bahamas para “negociar la deuda argentina”. En aquel periplo descubrió que el poder de ronquido de su tío era similar al de “un turbocompresor”, ya que el hombre reservó un solo cuarto para los dos y “prendió los motores apenas se durmió”. Carlos Avila –recién llegado de Estados Unidos– también fue de la partida, y conversó tendido con Ignacio Gutiérrez Zaldívar, aunque el dueño de TyC no llegó al momento de la torta ya que a esa hora había partido hacia San Telmo rumbo a la fiesta de Macri. Lo propio había hecho Cristiano Rattazzi, que estuvo en el cóctel previo a la cena acompañado por una bellísima joven, y minutos después dejó el Bajo Flores para cumplir con su compatriota, pero en soledad. Entre los que permanecieron hasta el final en el festejo de Werthein estuvieron el cantante Aldo Perricone. Luciano Miguens, Miguel Angel Broda, Adelmo Gabbi y Roberto Marquevich.
Macri: 8 décadas
Por primera vez, él no fue quien supervisó la lista de invitados. Sabía que sus hijos conocían muy bien quiénes no podían estar ausentes en la celebración de sus 80 años. Pero, igualmente, no imaginaba que la lista ascendería a 350 personas. Franco Macri llegó media hora antes a su fiesta porque quería “aclimatarse” al lugar, un espacio reciclado de San Telmo. Con puntualidad, a las 21 comenzaron a llegar los invitados. No hubo políticos, salvo uno de los lobbistas estrella de esta época: Coti Nosiglia, quien esta semana se sacó su hábito de “monje negro” para ser más bien “Droopy” porque estuvo en todos lados, como en la cena del Cippec –donde compartió mesa con Ramón Puerta, Federico Pinedo y Carlos Romero–, en la boda del hijo de Pepe Albistur, y en el cumpleaños de Carlos Fontán Balestra. Sí acompañaron a Franco varios empresarios: muchos de sus socios chinos, Carlos Avila, Eduardo Eurnekian, Alejandro Bulgheroni; sus ex colaboradores Jorge Aguado y Orlando Salvestrini, y sus leales amigos del rumi, juego que los reúne una vez por semana en su casa de Barrio Parque. El resto: todos sus hijos e incluso su cuestionado yerno: Daniel Leonardo –esposo de Sandra Macri, quien soportó estoico las miradas de “¿qué hace acá?” de algunos invitados– y todos sus nietos, quienes a la hora de la torta “aplastaron” la cara de Franco contra el merengue y éste, así embadurnado, subió al escenario para sumarse a cantar Volare, con su nieta Paula, hija de Mariano. Y por supuesto, muchas mujeres jóvenes. Pero de todas formas, fue Nuria Quintela, la joven que acompaña a Franco desde hace ya diez años, quien reafirmó su posición en la vida del empresario. En el video que se proyectó antes de las 12: ella aparece vestida de geisha y, emocionada, le agradece a la vida haberse cruzado con él y dice que lo admira.
Entre amigos
Inés Lafuente es ajena a los festejos multitudinarios como los de su madre, Amalia Fortabat. Pero esta vez quiso celebrar su cumpleaños de otra manera para “espantar” así el mal clima que generó al asalto que sufrió su hija Bárbara hace una semana. También para demostrar que hay unión familiar y que el pedido de los hijos de una división adelantada de la herencia de la otrora “dama del cemento” –al estilo Goyo Pérez Companc– es sólo cotilleo malintencionados. Entre los invitados, Elena Olázabal de Hirsch, Archibaldo Lanús, el padre Carlos Barreiro y Martín Cabrales. Amalita –quien le regaló a su hija una pulsera de brillantes–, no bajó pero todos le dejaron saludos.
Montoto conducción
Una vez más, Mario Montoto confirmó su capacidad para reunir bajo un mismo techo a personajes del más variado espectro. Fue durante la presentación pública de la Fundación Taeda en el auditorio de La Rural. Por allí desfilaron Daniel Hadad, de entretendida conversación con José Luis Manzano; María Laura Leguizamón, Roberto Bendini, el “Coti” Nosiglia, Daniel y “Pepe” Scioli (sus mujeres también fueron de la partida y no intercambiaron palabra pese a que se sentaron una al lado de la otra), el ex ministro de Educación Juan Carlos Tedesco, Juan Pablo Maglier, Fabián Perechodnik, Guillermo Montenegro y Carlos Stornelli. En el cóctel se las vio también a Patricia Miccio y Teté Coustarot.
Los sábados, al Patio
En el café del Patio Bullrich, la “mesa de los sábados” está cada vez más nutrida y polémica. El fin de semana pasado, el ex senador Ricardo Branda compartía animado diálogo con Jorge Jacobson, Carlos Froment y un envalentonado Jorge Enríquez, quien comenzó a liquidar el dinero de Cassaba y no dejaba de lamentarse puesto que sus contrincantes en la pelea por el control del Colegio de Abogados podrán hacer campaña gracias al monto de cinco cifras que deberían ya tener en sus cuentas bancarias. Otro lamento que se escuchó fue el de Diego Guelar, quien saturó los oídos de los contertulios contando sus desventuras con Macri y su afiliación al PRO tras haber dejado el peronismo.
Sushi con champán
Alfredo de Angeli supo mixturar en una misma noche las escarapelas gastronómicas de dos generaciones políticas: sushi con champán. Esta semana, referente agropecuario disfrutó de una interesante velada con su novia y una atractiva amiga, en restó de Salguero y Libertador y padeció algunos inconvenientes para manipular el alimento hasta que se resignó a ensartar los rollitos con un tenedor como si fueran salchichas.
De carne somos
Tal como se publicó en estas páginas hace dos semanas, la carne y el pollo habían desaparecido del menú de la Casa Rosada desde el mismo momento en que ambos productos registraron un notable incremento de precios, aumento que el propio Gobierno se encargaba de desmentir. Pero desde hace algunos días, los trabajadores de Balcarce 50 pueden disfrutar los más deliciosos cortes nacionales durante su almuerzo, porque los chef de la Rosada han vuelto a incluirlos en el menú.
El lejano oeste
El hombre volvió por un momento a su infancia. Rodolfo Terragno fue invitado a participar de la “Peña de la ciudad”, en Haedo, y después de tantos años sin visitar aquellos rincones del Conurbano no pudo menos que relegar su exposición para recordar a sus tíos y su vida cuando las calles de la zona eran de tierra. Pasada su nostalgia, dejó interesantes reflexiones ante dirigentes y vecinos que dieron vida a este grupo allá por los años 80. Allí, Terragno se despachó en extenso sobre los acuerdos a futuro que en materia política deben llevar adelante oficialismo y oposición, y contó con relativa indignación que había solicitado audiencia a la Presidenta y quien lo terminó recibiendo fue el ministro Florencio Randazzo. Peor es nada.
¿Broma o estrategia?
Como chanza o con intención más oscura, alguien envió una invitación a María José Lubertino para participar de una reunión en la que Mauricio Macri había convocado a todos sus diputados y legisladores en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Ella ingresó, tomó asiento y desparramó sus pertenencias sobre la mesa. Al cabo de unos minutos y cuando las miradas intimidatorias no surtían efecto, fue el propio Macri quien tuvo que invitarla a retirarse puesto que, de no tener intenciones de cambiar de bloque, no tenía nada que hacer en el lugar.
A sala llena
Hasta el exclusivo bar de hombres tuvo que ser abierto para poder descomprimir los atestados pasillos del Jockey Club. La convocatoria para la Gala del Bicentenario de la Fundación Teatro Colón superó todo lo previsto y hubo que improvisar asientos en cuanto espacio libre hubiera. Lograron ubicación en primera fila, no obstante, Nelly Arrieta, Gino Bogani, Lily Sielecki, Bruno Quintana, Jorge Domínguez y Teresa Aguirre Lanari.
Juntos y revueltos
Unos cincuenta peronistas se refugiaron de la intensa lluvia del martes en el salón principal de restaurante de Recoleta para compartir reflexiones y menú apto para épocas de bajas temperaturas. Paladearon los habitués suculentas lasagnas, al tiempo que escuchaban las exposiciones de Pablo Rojo y Diego Guelar. Sostuvo Rojo que lo peor de la crisis ya pasó y que los Kirchner tendrán un final de mandato con la economía ordenada. Afirmó también que la inflación, si bien es muy alta, no va a causar una crisis terminal. Guelar, asesor macrista, elogió a Eduardo Duhalde mientras saboreaba la mousse de chocolate y subrayó que si el PRO no se alía con el Peronismo Federal no tendrá chances de ser gobierno. Más como una expresión de deseo que como posibilidad concreta, en la mesa circuló con fuerza la idea de trabajar en el armado de un frente con Duhalde presidente, Ramón Puerta vice –quien no resigana quedar fuera–, Macri en la Ciudad, Francisco de Narváez en Provincia y Lole Reutemann, gobernador de Santa Fe. Si la política es el arte de lo imposible,¿quien sabe, quizá puedan?
En carrera
Quienes también está semana se reunieron para apuntalar la figura de a Duhalde, pero desde la Confederación de Agrupaciones Peronistas, fueron Miguel Angel Toma y Juan Minichillo quienes convocaron a su tropa en el Hotel Castelar para una reunión de “cuadros técnicos y profesionales”. Estuvieron, entre otros, Jorge Domínguez, Chiche Araoz, el presbítero Carlos Accaputo, hombre de confianza de Bergoglio, y ex apoderado del PJ César Arias.
Hombre de negro
Esta vez el cumpleaños no tuvo código de vestuario preestablecido, ni se pidió a los invitados que usaran algo de determinado color. Incluso él, Gaby Alvarez, cambió sus tradicionales atuendos blancos por un equipo todo negro como las paredes del lugar, Little Rose. Entre los invitados a su fiesta estuvieron Florencia Macri, Diego Alexandre, Rogelio Polesello, Juanse de Los Ratones, varios integrantes de Miranda!, Catarina Spinetta y otros músicos.
Padrino y anfitrión
Pepe Albistur se vistió de gala y fue el anfitrión en la fiesta de boda de su hijo Ignacio –con María Fernanda Mansilla– en el Palacio Sans Souci. Vilma Ibarra y Alberto Fernández, Coti Nosiglia, Pepe Scioli y Alberto Iribarren fueron algunos de los 600 invitados.