La vida de un líder puede ser contradictoria, errática, marcada por aciertos y desaciertos, una historia humana, corriente, poblada de verdades y mentiras y dictada por unos escrúpulos justicieros o de los otros, los que generan la ambición desmedida de dinero y poder. Pero la muerte, su muerte, la de Néstor Kirchner, "aclara", lava, dignifica, redime. A veces tanto, que convierte a humildes pecadores en ilustres santos.
A un mes del fallecimiento, la Revista Noticias hace un repaso de las obras terrenales y celestiales que el oficialismo y la oposición atribuyen al ex presidente:
- Como panes y peces, multiplicó los votos de Cristina con su sacrificio. Ella, que antes le decía Kirchner, ahora lo llama "Él".
- Dividió las aguas de la oposición. Salvo la Virgen Lilita de las Visiones, todos pasaron de crucificarlo a rezarle: de autoritario a estadista.
- Desde el cielo liberó al Gobierno de todo pecado y logró que discípulos como De Vido parezcan sin coima concebidos, y que Jaime se a apenas una oveja descarriada.
- Hizo muchas obras (públicas) y dijo: "Lázaro, levántate y construye". Y Lázaro Báez se levantó y construyó sin importar los sobreprecios.
- Enfrentó al demonio del Monopolio, le sacó la pelota y creó el Fútbol para Todos, el altar desde donde difunde su prédica.
- Convirtió su sangre en petróleo y a los Eskenazi en dueños de YPF. Y en la última cena les reclamó el diezmo por su caridad.
- Fue traicionado por el apóstol Cleto y murió en la Santa Cruz (El Calafate), pero resucitó en las encuestas.
La nota completa sobre "Cómo construir un Santo", en la última edición de la Revista Noticias.