Desde el triunfo de Barack Obama a fines de 2008, con un fuerte apoyo digital, las redes sociales se convirtieron en una obsesión para todos los políticos del mundo, que pueden llegar a hacer lo que sea para difundir su mensaje en internet.
Y lo que sea puede abarcar muchas cosas: lejos de las cifras de Cristina Kirchner, Aníbal Fernández o Mauricio Macri -tres de los políticos más populares en internet-, muchos otros dirigentes de segunda o tercera línea llegan a pagar para tener más seguidores en Twitter.
El método es sencillo: varios sitios de estadísticas de Twitter como Twittercounter ofrecen la opción de pagar para aparecer entre los “usuarios destacados” o “featured user”. En sitios como Mercadolibre se venden “paquetes de seguidores”, a razón de 100 followers por 27 pesos.