Barack Obama se somete el miércoles al juicio arbitrario pero ritual de sus primeros 100 días como presidente de Estados Unidos, entre un alud de retos sin precedentes para anteriores administraciones, al que ahora se añade la gripe porcina. Como si no tuviera suficientes problemas con la peor recesión desde los años 30 del siglo pasado, dos guerras, un ambicioso programa de reformas y la formación de su gobierno, Obama enfrenta la inesperada amenaza de la fiebre porcina.
Esta última no debería impedirle someterse al rito de los primeros 100 días, al que su administración se resistió al principio, para luego resignarse a "participar del juego" y, finalmente, intentar sacar partido del mismo. Obama participará por la mañana de una reunión pública en Saint-Louis (Missouri, centro), que recordará las de su campaña presidencial. Responderá a las preguntas del auditorio y, de regreso a Washington, dará en la tarde su tercera conferencia de prensa en la Casa Blanca. Esta será retransmitida en directo a una hora de fuerte audiencia por las grandes cadenas de televisión, salvo Fox.
Obama participará así de una tradición a la que, de buena o mala gana, se plegaron sus predecesores. El rito debe mucho a los cien primeros días durante las cuales Franklin Roosevelt lanzó en 1933 una serie de medidas para sacar a Estados Unidos de una gran crisis.
A pesar de que los estadounidenses desempleados son hoy el 8,5%, mientras que entonces eran un cuarto de la población activa, algunos expertos no dudaron en comparar los primeros días del gobierno de Obama con los de Roosevelt. Obama prestó juramento el 20 de enero, cuando propuso grandes transformaciones en Estados Unidos.
Anunció el cierre de la prisión de Guantánamo y la prohibición de la tortura. Presentó un calendario de retiro de Irak y traspasó todo el esfuerzo militar a Afganistán. Propuso además a los países latinoamericanos "una nueva era" de diálogo. Se comprometió a encabezar el combate contra el cambio climático; firmó una ley sobre igualdad laboral entre hombres y mujeres y derogó una cláusula que prohibía financiar con fondos públicos a organizaciones sociales que promovieran el aborto.
Pero cuando se cumplan 100 días de su presidencia, será la recesión el tema que acaparará la atención. Según economistas, el gobierno anunciaría el miércoles una caída de cerca del 5% en el primer trimestre de 2009. La semana se anuncia decisiva para el futuro del fabricante de automóviles Chrysler.
Se esperan nuevas decisiones concernientes a los bancos. Para complicar aun más su tarea, Obama se ve enfrentado ahora a la gripe porcina. El gobierno asegura estar listo para enfrentar el virus que figura en "lo más alto de la lista" de las prioridades presidenciales. En medio del pánico, el Senado estadounidense confirmó a Kathleen Sebelius como secretaria de Salud.
Obama pidió este martes al Congreso que libere 1.500 millones de dólares para el combate de esta gripe, informó la Casa Blanca. "Le estoy pidiendo al Congreso la inclusión, en la solicitud de presupuesto para 2009 que envié este mes, de una partida adicional de 1.500 millones de dólares para mejorar la capacidad de nuestra nación de responder a una eventual propagación de este brote", expresó Obama en una carta al Congreso leída por el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Por el momento, los ciudadanos le siguen teniendo confianza: Obama recibe la aprobación de más de 60% de sus compatriotas, según los últimos sondeos.