Desde el momento en que se anunció formalmente que las líneas de subterráneos pasarían a la esfera de la Ciudad, la cúpula del Gobierno porteño supo que eso implicaría también el retiro de los efectivos de Policía Federal de los andenes, como sucedió en abril pasado con los hospitales y los edificios públicos.
Desde ese día, y en el marco del traspaso completo del servicio –que implica diversas negociaciones con Metrovías y el Gobierno nacional y durará hasta fines de marzo–, los asesores de Macri comenzaron a entretejer diversos planes para reemplazar a la fuerza nacional.
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