El bridge es un juego de cartas que requiere, según sus propias palabras, un “estudio sistemático de jugadas y respeto a las reglas y al rival”. Fanático de ese juego, al punto tal que competirá en el campeonato mundial desde la semana que viene en Parma, Italia, Mauricio Macri está parándose frente al panorama político como si fuera una partida más. Analiza las diferentes jugadas posibles sin dar pistas de si prefiere a Horacio Rodríguez Larreta o a Patricia Bullrich, mira la evolución del rival y se resiste a dar definiciones concretas sobre su futuro personal. Todo con un claro objetivo: ser factor determinante.
En el universo del PRO, la figura del ex presidente volvió a recuperar centralidad. Mientras el jefe de Gobierno porteño y la titular del partido tensionan para intentar posicionarse en la carrera presidencial, Macri juega al misterio. “A los dirigentes de las provincias les dice que reciban a los dos, que no tienen por qué elegir a uno u otro”, cuenta uno de los que vienen escuchándolo en la intimidad. Es lo que hace el propio Macri, que recibió a los dos en Villa La Angostura en el verano y ahora les dice a todos los que recibe en su casa de Martínez, en sus oficinas de Olivos o en alguna cancha de golf, que la prioridad es mantener la unidad de Juntos por el Cambio y que terminará siendo candidato el que esté mejor posicionado.
Más de uno ya lo escuchó usar la metáfora de los astronautas. “Es como el viaje a la Luna”, cuenta Macri. “Se anotan cientos de astronautas, todos muy capacitados, con amplios conocimientos en diversas disciplinas. Todos podrían ser, pero por diversos factores termina siendo uno”, razona.
Es que diversos actores dentro del macrismo están viendo un escenario incierto a futuro. “Hay que ver hacia dónde gira la sociedad, que dependerá también de cómo está la situación económica. Si se radicaliza, suma más chances Bullrich, pero si se busca una salida más ordenada, será Larreta”, resume una de las fuentes consultadas.
“Horacio es el que tiene más claro qué hay que hacer al llegar; pero Patricia, cómo llegar”, es lo que le dijo Macri a uno de sus interlocutores. Por ahora no anticipa por quién se va a inclinar. Algunos están convencidos de que en última instancia primará su relación histórica y el pragmatismo para que se decida por Larreta, aunque es crítico del jefe de Gobierno en varios aspectos. Otros dicen que avalará el impulso y “olfato político” de Bullrich en estos años. El mensaje que transmite, no obstante, es que la definición debe darse en las PASO, algo que en el PRO no es bien recibido. Si el radicalismo lleva un candidato, consideran que competir con dos candidatos propios significaría dividir fuerzas. “Macri insiste en que igual le ganarían a un candidato radical”, describen.
¿Y por qué no Macri 2023? A los que le preguntan les dice que no quiere, e incluso aduce cuestiones familiares como posturas contrarias de Juliana Awada o la necesidad de aprovechar el tiempo con su hija Antonia. Pero deja un porcentaje abierto. No cierra la puerta. Y de eso se agarran los que sostienen que si los números le garantizan un triunfo va a terminar siendo él. ¿Por qué apoyaría a otros si puede volver a ser presidente?, se preguntan.
“Va a querer ser presidente o gran elector”, asegura uno de los que lo conocen de cerca. Otro tiene una mirada más crítica: “Va a esperar a ver quién tiene más chances, de llegar y de gobernar, y lo va a apoyar. Y va a querer instalarse como el factor desequilibrante”. Para sostener eso miran los movimientos con la negociación por el FMI. “Es cierto que estuvo activo, pero no fue determinante. Algunos incluso tenían una postura más dura que él”, analizan. En su entorno relativizan: “Siempre dijo que la prioridad era la unidad, y eso se logró”.
Mientras tanto, se concentra en su agenda internacional. Este fin de semana regresa de Estados Unidos, donde viajó para dictar su clase “Cómo liderar el cambio: 8 lecciones desde los negocios, el deporte y la política” en el Centro para la Libertad Económica Adam Smith, de la Florida International University. Hacia el fin de la semana próximo volverá a viajar rumbo a Salsomaggiore Terme, Italia, donde competirá en el mundial de bridge. Y luego continuará rumbo a Qatar, donde tendrá actividades vinculadas a su rol como presidente de la Fundación FIFA.