Emilio Monzó encaró en estas semanas un raid de reuniones con dirigentes políticos de primera línea de Juntos por el Cambio. En la nómina aparecen radicales y dirigentes del PRO. Pero el encuentro del martes con Horacio Rodríguez Larreta fue, acaso, uno de los más relevantes dado que, desde enero, no se reunían y que existe una presión del círculo rojo para que el diputado nacional sea armador de la campaña nacional del jefe de Gobierno.
El almuerzo se dio en la coqueta porteña calle Presidente Quintana. Larreta suele diagramar encuentros en La Biela y en el Centro Cultural Recoleta, a pocos metros de allí.
El lugar elegido: el restaurante Verdot Wine Bar – ubicado dentro de Mio Buenos Hotel -que adquirió hace poco tiempo Hernán Bielus, ex asesor de Mauricio Macri y luego del canciller Jorge Faurie. Solos, rodeados de vinos de todo el mundo, mantuvieron una comida de más de una hora donde repasaron la coyuntura nacional. Desde enero que no se juntaban a dialogar.
Una de las cuestiones que rondó la comida fue el panorama que ambos observan sobre el Gobierno nacional. Allí coincidieron en la preocupación sobre la debilidad que veían en el presidente Alberto Fernández y, también, sobre gran parte del gabinete.
Incluso, también hablaron de la incógnita que genera en el núcleo del poder del Frente de Todos la salida de La Cámpora tras el acuerdo con el FMI, del cual se opusieron drásticamente y hasta terminó con el voto negativo de Máximo Kirchner y la salida anticipada de la sesión en el Senado de la vicepresidente Cristina Kirchner.
El análisis de la coyuntura incluyó una mirada negativa del futuro de la economía pero, a la vez, la convicción de ambos que Juntos por el Cambio había tomado de la decisión correcta en apoyar el acuerdo con el Fondo para evitar el default. En definitiva, los dos comensales siempre estuvieron enrolados en discursos anti grieta y en dar la discusión interna con los “halcones” de JxC, quienes suelen criticarlos.
También, claro, la mala expectativa sobre la espiral inflacionaria y cómo ello podría preparar un 2022 muy complicado. A la vez, el deterioro de la economía como un factor clave para el regreso de JxC al poder.
En términos concretos, a pesar de la presión de muchos dirigentes cercanos a Larreta, no hubo ningún ofrecimiento formal. Solo rosca política sin concretar nada aún. Desde fin del año pasado Diego Santilli y el empresario Edgardo Cenzón, entre otros, vienen trabajando en incorporar a Monzó al armado nacional. De ello también participan otros empresarios de relación directa con Larreta quienes verían con buenos ojos esa incorporación formal al armado de la campaña nacional del jefe de Gobierno.
En definitiva, para Monzó fue una charla en términos prácticamente de consultor y no de armador. Es que tampoco el jefe comunal le pidió nada.
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Tampoco le facturó Larreta al ex titular de la Cámara de Diputados la foto que se sacó esta semana Nicolás Massot, director del Banco Ciudad y hombre de Monzó, con Patricia Bullrich como parte de su “equipo” en la Provincia. Massot no quería subir a la foto final pero la titular del PRO comenzó a chicanearlo con que era un “cagón” y lo convenció.
La silla en el banco porteño quedó a disposición del jefe comunal desde hace tiempo. Pero Larreta no tiene pensado avanzar sobre ese lugar. Siquiera le reclamó a su ministro de Gobierno, Jorge Macri, una foto más íntima aún con Bullrich tomando café. El proyecto porteño del ex intendente sigue en marcha y busca consenso para ser ungido sin grandes estridencias en el PRO.
La desconfianza sobre Monzó entre los asesores de Rodríguez Larreta
Con todo, cerca de Monzó creen que una de las cuestiones por las cuales no se incorpora aún al armado nacional de manera orgánica tiene que ver con aquellos que asesoran a Larreta y lo ven con desconfianza. Entre ellos, el secretario del PRO, Eduardo Macchiavelli, el diputado Álvaro González y varios intendentes, como Néstor Grindetti (Lanús). Estos dos últimos son de los más detestan al diputado.
Paralelamente, en el entorno de Monzó defenestran a Augusto Rodríguez Larreta, el hermano del jefe de Gobierno, quien además se sienta en una de las mesas políticas de la campaña nacional.
“Estamos bien”, se limitaron a decir cerca de Monzó. Por su lado, al lado del jefe de Gobierno sostuvieron que siempre tuvo “buena onda” con el diputado y que Larreta “habla con todos”.
Por las dudas, Monzó también estuvo con Facundo Manes – con quien compartió la boleta bonaerense en 2021 –, su histórico amigo Florencio Randazzo, y varios radicales de peso. Incluso parte de su equipo estuvo reunido con los asesores de Bullrich. Aún tiene las puertas abiertas.
cp
