Tras ser operado de las cuerdas vocales, y bajo la prevención de no forzar su voz, el presidente, Mauricio Macri, ya prepara lo que será una semana de descanso hasta fin de año.
Tras pasar Nochebuena en familia, Macri partirá el domingo 25 hacia el sur. El destino: Villa La Angostura, donde se quedará toda la semana y compartirá Año Nuevo con amigos y su familia más íntima.
Según pudo saber PERFIL, el jefe de Estado tiene planificado el viaje con su mujer, Juliana Awada, y su hija Antonia. Pero allí en el sur se sumarán sus otros tres hijos, producto de su relación con Ivonne Bourdeu: Agustina (quien se dedicó a los medios audiovisuales, en especial al cine), Gimena (“Fideito”), quien se dedica al arte (pintura y escultura) y Francisco. Los tres viajarán a brindar por el nuevo año con su padre. Sin embargo, a pesar de la foto oficial en el Vaticano, a ninguno de ellos le gustan las cámaras. Por el contrario, siempre renegaron de que su padre sea famoso y, sobre todo de más pequeños, se oponían a que se dedicara a la política.
El country Cumelén, donde ya pasó varias vacaciones, sería el lugar elegido por Macri. Allí confluyen varias familias amigas de la pareja Macri-Awada, pero en especial se encontrará con su mejor amigo de la infancia, el empresario de la construcción Nicolás Caputo. El confidente del Presidente, quien estuvo en Miami, debió regresar para un acto escolar y luego viajará para el sur. Caputo no está conforme con la marcha del gobierno nacional. Y así se lo hizo saber a su amigo: a pesar de los deseos del jefe de Estado para que colabore activamente en el diseño de la campaña 2017, Caputo sigue molesto. En especial, con algunas áreas, como el Ministerio de Energía: refunfuñó contra Juan José Aranguren en varias oportunidades. Diferencias de empresarios. También, ávido lector de Emilio Monzó, no está de acuerdo con la posición más distante al PJ que pregona el jefe de Gabinete, Marcos Peña. A pesar de ello, Macri vivió estos últimos días con mayor tranquilidad. Jaime Durán Barba le acercó encuestas que lo mostraron con un 55% de imagen positiva y, aunque acepta “errores de diagnóstico”, conserva una mirada optimista. “No tuvimos ni un paro general, tampoco mucho quilombo en la calle, sabemos que hay un parate en la economía pero generamos las condiciones para crecer el año que viene”, evalúa un importante funcionario con despacho en la Rosada.
