Un parlamentario británico instó este miércoles al ministerio de Relaciones Exteriores a convocar al embajador de Argentina tras un nuevo decreto que obligará a pedir autorización a este país a los barcos que quieran atravesar sus aguas rumbo a las islas Malvinas.
Mientras tanto, el gobierno argentino, que acusa a Gran Bretaña de incumplir las resoluciones de Naciones Unidas, enviará también al canciller argentino Jorge Taiana a la sede de la ONU, donde será recibido el próximo miércoles por su secretario general, Ban Ki-moon.
"Espero que el secretario del Foreign Office convoque al embajador y le diga que esto es inaceptable", declaró Andrew Rosindell, secretario del grupo mixto parlamentario sobre las Malvinas. "Han pasado 28 años desde la guerra", agregó el diputado conservador, "y se ha dejado claro a Argentina que no tiene nada que decir sobre las Falklands -nombre por el que los británicos conocen a las Malvinas- o sus aguas territoriales, y que no deben tratar de interferir en ellas".
El parlamentario calificó el decreto dado a conocer el martes por el gobierno argentino de "típica estratagema política" ligada a la disputa que el país sudamericano mantiene con Gran Bretaña por los derechos de explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur.
"Cualquier intento de Argentina de reclamar algún tipo de derecho de soberanía sobre esa región es algo que debemos tomar muy en serio", afirmó. El presidente del grupo, Nicholas Winterton, señaló por su parte que pediría una reunión con funcionarios del ministerio cuando el Parlamento retome sus actividades la próxima semana, para hablar del decreto que calificó de "patético e inútil" dado que, según él, Argentina no tiene ninguna jurisdicción sobre las islas que Gran Bretaña ocupa desde 1833.
"Los argentinos están librándose nuevamente a una conducta hostil, aunque hasta ahora sólo en palabras, contra un vecino amigo", agregó Winterton. "No creo que nadie quiera exacerbar lo que ya es una situación difícil, pero es claramente importante que el Foreign Office indique que cree que este decreto no tiene jurisdicción sobre las aguas internacionales".
El ministerio de Relaciones Exteriores ha tratado de minimizar desde el principio la nueva tensión que suscitó el anuncio del inminente inicio de la exploración de petróleo por varias compañías británicas al norte del disputado archipiélago, cuya soberanía sigue reclamando Argentina por vía diplomática.
"Las regulaciones que rigen las aguas territoriales argentinas son asunto de las autoridades argentinas", declaró un portavoz del Foreign Office el martes por la noche. "Esto no afecta a las aguas territoriales de las Falklands, que están controladas por las autoridades de la isla". Horas antes, Buenos Aires había dado a conocer un nuevo decreto firmado por la presidenta Cristina Kirchner que obligará a pedir permiso a las autoridades a "todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en Argentina continental y puertos ubicados en las Islas Malvinas, o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas en dirección a estos últimos", según señaló la agencia AFP.