Margarita Barrientos tiene “mucha esperanza” en el gobierno de Alberto Fernández. En 2015, también la tuvo. Con un agregado personal: Mauricio Macri era y sigue siendo su amigo. Así lo considera la fundadora del comedor porteño Los Piletones, ubicado en Villa Soldati. Tras la presidencia macrista, que aumentó la inflación, el desempleo y la pobreza, Barrientos se mantiene un poco a la defensiva: ella fue prácticamente la única dirigente social que apoyó de forma explícita a Macri. Eso le valió varias críticas de otros referentes populares. Ahora, Barrientos se ataja: “Yo no llevé a la economía a donde está; no fui consejera de Macri”.
—Macri la visitó en Los Piletones el 24 de diciembre. ¿De qué hablaron?
—Nos visita todos los 24, desde hace 23 años. Hablamos un poco de política. El está bien, tratando de apoyar en todo lo que pueda al Gobierno. Me dijo que está tratando de que le vaya bien al Gobierno.
—¿De la situación social conversaron?
—Sí, como siempre. Yo siempre le hice saber cuando la situación estuvo mal. Nunca le escondí nada.
—En los últimos días usted se reunió con Sergio Massa y Daniel Arroyo. ¿Cómo ve al Gobierno?
—Va poco tiempo. Pero veo que van a trabajar mucho sobre la necesidad de la gente. Es fundamental. Salí muy contenta de la reunión con el ministro Arroyo. Es una persona agradable y abierta, con la que se puede hablar. Eso es fundamental. Le conté lo que hacemos. Le dije que los comedores no tienen que existir; sí, el trabajo digno para la gente. El coincidió. Quiere solucionar el hambre. Voy a colaborar en lo que pueda.
—¿Les sugirió algo en particular?
—Les plantée lo que uno viene haciendo. Y les pedí apoyo para los comedores: además de Piletones tenemos tres en Santiago del Estero. A Massa no lo conocía y me pareció una persona abierta también.
—¿La entusiasma Alberto Fernández?
—Sí, me genera entusiasmo. Solo me lo había cruzado una vez hace mucho en un programa de TV. Nos dimos la mano nada más. Espero que le vaya bien y le deseo lo mejor.
—Fernández hace mucho hincapié en la lucha contra el hambre. ¿Le parece positivo?
—Sí, por supuesto. Es importante que haga tanto hincapié en el hambre y la pobreza.
—¿Qué opina de la tarjeta para comprar alimentos que empezaron a repartir entre beneficiarios de la AUH?
—Muy bien, una buena medida. Especialmente que sea exclusiva para comprar alimentos.
—¿Qué similitudes y diferencias ve entre Macri y Fernández?
—Tengo un afecto personal por Mauricio. Lo conozco desde que era presidente de Boca. Siempre tuvimos buena relación. No lo comparo, porque nadie es parecido.
—¿Qué balance hace de la presidencia de Macri?
—Los primeros años han sido distintos a los últimos. Después lo de la economía ha sido muy triste. Cuando la economía funciona mal, nos afecta mucho a los más humildes. La gente ha ido perdiendo y eso saca dignidad. Es triste. Había expectativa. Ahora tengo mucha esperanza en este gobierno.
—¿Le molesta que la hayan criticado por su cercanía con Macri?
—La gente siempre critica. Trato de no escuchar. Algunas me afectan, porque yo no fui la que llevé la economía a donde está; no fui consejera de Macri. Yo deseaba que le vaya bien. Me daba bronca cuando las cosas aumentaban y la gente perdía el trabajo. Lo viví diariamente porque salía a comprar. Fui cercana a él porque lo conozco, pero yo no lo puse como político.
—¿Se sintió usada en algún momento?
—No. Además, hacía mucho tiempo que no me sacaba una foto con él. Hace 23 años que me visita. Lo puedo querer. Pero la gente no lo entiende.
