El nuevo embajador de los EE.UU. para Argentina, Noah Mamet, aprobado el martes en el Senado norteamericano tras un año de demoras y críticas de la oposición, asumirá sus funciones entre enero y febrero, una vez que sea acreditado por el gobierno argentino.
Mamet llega envuelto en una controversia interna por las críticas desde medios especializados y la oposición republicana. Pertenece a un grupo de embajadores que cuenta con acceso a la Casa Blanca desde su rol de recaudadores de fondos de campaña (en inglés, bundlers). Los senadores republicanos Marco Rubio y John McCain, entre otros, les achacaron su falta de experiencia. Por ejemplo, Mamet no habla español y nunca visitó la Argentina.
En una nota publicada en el Wall Street Journal, McCain dijo que “el único criterio que llevó a que estos individuos sean nominados es su fortuna y su disposición a dar una parte de ella al presidente Obama y el Partido Demócrata”. Sin embargo, la designación de recaudadores de fondos de campaña en cargos diplomáticos está lejos de ser una tradición ajena al Partido Republicano.
Playero. Como muchos californianos, el nuevo embajador se crió en las playas del Pacífico, donde practicaba surf en su ciudad natal, Manhatan Beach.
Es un hombre con historia en el Partido Demócrata, donde creció como recaudador de fondos entre estrellas de Hollywood y magnates de la industria del entretenimiento. Su primer trabajo fue durante la campaña de 1992, en la que fue chofer y guardaspaldas del candidato Mel Levine, quien perdió la elección primaria al Senado. En la campaña de 2002 participó de la organización del evento de recaudación más exitoso que se había realizado en Hollywood hasta ese momento, una gala en el mítico Teatro Kodak con la presentación estelar de Barbra Streisand. Su partido se alzó en una sola noche con más de 6 millones de dólares.
También trabajó para las campañas de Bill y Hillary Clinton, asesoró a Madeleine Albright y Mijail Gorbachov y sumó contactos con las “industrias verdes” de California. Con estos antecedentes, Mamet alcanzó su mayor influencia con el actual mandatario. En abril de 2012, fue uno de los operadores clave para una visita de Barack Obama a Hollywood que acercó aportes de empresarios del cine, como Steven Spielberg. También organizó un evento con el cómico Will Ferrell en Beverly Hills.
Durante las últimas dos campañas del presidente Obama se destacó como colector de aportes entre la industria del entretenimiento y círculos liberales de Los Angeles. Según el New York Times, la firma Noah Mamet & Associates logró recaudar más de 1.400.000 dólares entre los años 2011 y 2012. Otras fuentes estimaron que la recaudación final fue de 2 millones. Además, el californiano aportó de su propio bolsillo 35.800 dólares.
Lobby. La empresa de Mamet fundada en 2004, que tiene oficinas en Los Angeles y Nueva York, prefiere no presentarse como lobbysta. En cambio, se define como una consultora que ayuda a sus clientes “a navegar estratégicamente en el mundo de la política, la filantropía y los negocios”. Los clientes de su consultora pertenecen a sectores variados, como “turismo, bancos, entretenimiento, energías alternativas, vehículos eléctricos y exploración espacial”.
La millonaria financiación política en los EE.UU. y el uso de aportes como herramientas de lobby, ha sido objeto de fuertes críticas. Existen numerosas ONG que militan por un cambio de reglas y denuncian un Estado capturado por los intereses privados. Una de las más influyentes es Americans for Campaign Reform, que impulsa la financiación pública de campañas y la prohibición de los aportes privados en electorales federales.
En una nota con fuertes críticas a los embajadores-recaudadores de Obama, la influyente publicación Foreign Policy Magazine recordó que la tradición se remonta al siglo XIX.
A pesar de que los representantes republicanos expresaron fuertes críticas, su partido cuenta con los peores antecedentes. Por ejemplo, en una de las famosas grabaciones de la Casa Blanca sobre el Watergate, en 1971, se registró al presidente Richard Nixon indicando a un colaborador que “mi opinión es que quien quiera ser embajador debe aportar al menos 250 mil dólares”.
Trabajó con una buitre, según CFK. Entre los contactos de Noah Mamet en el Partido Demócrata hay una ex funcionaria que estuvo en el centro de las tensiones entre Argentina y los EE.UU. por el caso los buitres. Mamet trabajó de forma directa con la ex secretaria de Estado Madeleine Albright, quien fue involucrada en un entredicho.
La empresa de lobby Albright Stonebridge Group (AGV) había sido contratada por el fondo NML para mediar con el gobierno de Cristina Kirchner. Según informó en septiembre la propia Presidenta, el mediador enviado por la consultora habló de un “plan de cinco puntos” para desestabilizar al Gobierno, algo que la consultora negó.
La relación de Mamet con la ex responsable de la diplomacia norteamericana no se da por AGV, sino de la ONG National Democratic Institute, luego de una misión a Sierra Leona.