El presidente Mauricio Macri recibió esta mañana en Olivos al canciller italiano, Enzo Moavero Milanesi, quien se encuentra en el país desde hace una semana para abordar diversos temas que hacen a la agenda bilateral y que habían quedado pendientes desde el año pasado con el primer ministro de aquel país, Giuseppe Conte, en medio de la cumbre del G20.
Entre otras cuestiones, uno de los acuerdos sobre los que se avanzó es en el desarrollo conjunto en el campo aeroespacial. Se trata de una red de seis de satélites de origen binacional —cuatro italianos y dos de origen argentino— que ambos países buscan poner en operaciones a fin de relevar datos sobre los suelos y el clima. Según explicaron algunos de los participantes de la gestión de este entendimiento a PERFIL, el resultado final de esos datos podrían, incluso, comercializarse a los productores rurales para volver más eficientes sus inversiones.
Otro de los ejes que se abordó es la voluntad de intensificar la cooperación e integración entre las pymes de uno y otro país. La aspiración es aumentar el intercambio entre los sectores productivos con la meta de generar más cadenas de valor. En los últimos años, el intercambio comercial con Italia se ha mantenido estable en torno a los 2500 millones de dólares —siendo 2017 el último período anual relevado— pero con un saldo negativo para la Argentina.
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El pasado 27 de febrero, el canciller italiano compartió una reunión con conferencia de prensa con su par local, Jorge Faurie, además de la tradicional ceremonia en la Plaza San Martín en el monumento al prócer argentino. A la hora de las preguntas, ambos ministros coincidieron en ponderar "las raíces comunes e históricas tan extendidas que nos unen a lo largo de tantos años”, en palabras de Faurie. También aludieron a la "la necesidad de actualizar el Acuerdo de Cooperación estratégica que tenemos entre ambos países porque si bien data de 1998, 20 años de tiempo equivalen —por la velocidad de los acontecimientos— a más de 50 ó 60 de la agenda del tiempo pasado”. Se trata, en esencia, del denominado Tratado General de Amistad y Cooperación Privilegiada, que ambos países sellaron durante los '90.
Asimismo, tanto Faurie como Moavero encontraron un punto en común en torno a Venezuela y el apoyo manifiesto al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, a quien dijeron reconocer como presidente encargado al tiempo de restarle toda legitimidad a Nicolás Maduro. Coincidieron en señalar la profunda crisis humanitaria que atraviesa el país sudamericano como la prioridad y señalaron a las Naciones Unidas como interlocutor para que se logre garantizar un canal de acceso a través de las fronteras bloqueadas de la república bolivariana.