Cuando esta mañana vi una foto donde dirigentes de la Unión Cívica Radical homenajeaban al ex fiscal Strassera, me vino a la memoria otra imagen: la del momento en que conocí en 1982, a Don Jorge Cepernic, en la cocina de la casa de su estancia, a pocos kilómetros de El Calafate.
La cocina era tan sencilla y cálida como él.
Habíamos viajado a ese pueblo entrañable con Néstor y otros compañeros para iniciar la campaña de afiliación al partido. Es que, después de la tragedia de Malvinas, “las urnas dejaban de estar bien guardadas”. Era un invierno muy crudo y estaba todo nevado. Hacía poco que a Don Jorge, le habían levantado la libertad vigilada, luego de haber estado preso por muchos años en la cárcel de Magdalena. Su detención había estado fundada en el hecho de estar incluido en las actas de responsabilidad institucional y colateralmente, estar investigado por la CONAREPA, instituciones creadas por el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Así lo conocí. Generoso, buena gente, nos recibió como si hubiéramos sido amigos de años. Me contó sus anécdotas de cautiverio junto a otros dirigentes de nuestro partido.
Años más tarde, bien avanzado el proceso democrático, un día de larga charla volvió a salir como tema de conversación, el juicio a las Juntas Militares y por primera vez, hizo referencia a las razones y la forma de su detención en 1976. Estaba en un cine de esta Capital Federal junto a otro compañero, viendo la película Tora Tora. De golpe, se encendieron las luces y vio como entraban fuerzas conjuntas para llevárselo detenido. Como era de esperar en esos casos, se presentó inmediatamente un pedido de habeas corpus. El Juez, no recuerdo su nombre, le corrió vista al Fiscal. Este Fiscal dictaminó que no se hiciera lugar al pedido de libertad, porque las actas del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional eran constitucionales y, por lo tanto, las actas de responsabilidad institucional -que no imputaban ningún delito y solo decían quien tenía que estar preso- también lo eran.
Ese Fiscal duro en sus apreciaciones y firme en sus convicciones a la hora de hacer cumplir el Estatuto del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, era Julio César Strassera. Don Jorge estuvo varios años detenido hasta recuperar la libertad.
Siempre me pregunté, cuántos habeas corpus y otros tantos argentinos o argentinas, habrán corrido la misma suerte. Presos sin ninguna razón ni causa, sin juez, sin derechos, sin garantías y cuántos de esos, tal vez nunca fueron liberados porque aún continúan detenidos desaparecidos.
Don Jorge falleció hace muy poco. Era un hombre íntegro a quien por supuesto, debieron liberarlo después de años, sin poder encontrarle ninguna razón, ni hecho de que acusarlo. No tenía rencores pero tenía una maravillosa memoria, memoria que parece faltarle a algunos.
Vaya pues, mi recuerdo a Don Jorge Cepernic, un hombre de verdad. Uno de esos a los que los homenajes no le gustaban pero que, sin lugar a dudas, tenía razones más que suficientes para recibirlos.
(*) Presidenta de la Nación
Fuente: Blog de Aníbal Fernández