Al cumplirse la semana más tensa del conflicto que atraviesan los trabajadores de la educación con el gobierno de Santa Cruz, este sábado la ciudad de El Calafate amaneció con una serie de tres incendios –aparentemente intencionales-, que afectaron al colaborador de la pareja presidencial, Ricardo Barreiro, lo que generó muchas especulaciones en distintos medios locales.
De acuerdo a voceros de la policía, todavía se intentaba averiguar si existió una relación entre los episodios, mientras que no brindaron información oficial sobre el origen ni las circunstancias de los acontecimientos.
Sin embargo se conoció que una propiedad de Barreiro –ubicada en la denominada “zona industrial”, sector sur de la ciudad destinado a galpones de empresas-, fue afectada por el incidente.
A pesar de que dos dotaciones de la unidad 8va de Bomberos combatieron el fuego durante cuatro horas –desde las 2 hasta las 6 de la mañana-, no pudieron evitar las pérdidas totales del galpón donde se incendiaron íntegros distintos vehículos, entre los que se encontraría el de la senadora Cristina Fernández, aunque no fue confirmado.
Por otra parte, según pudo averiguar la radio sureña, FM Dimensión, personal de la “División Pericias” del cuartel central de Bomberos de Río Gallego –a cargo del licenciado oficial inspector Martín Aguirre- viajará a El Calafate para buscar rastros en el interior del galpón para intentar determinar si se trató de un incendio intencional.
Fuego en basurales. Antes de conocerse la llamas en el galpón de Barreiro, se declaró en la noche del viernes la existencia de dos focos de incendio en basurales que habían sido denunciados como “informales”.
Estos extraños acontecimientos se dan el marco de la protesta por reclamo salarial de los docentes santacruceños, que esta semana llevaron adelante un paro de 96 horas, y que posiblemente se repita a partir del próximo lunes, puesto que el gobierno provincial se niega a negociar con los trabajadores hasta que no desistan de su medida de fuerza.
La ciudad de Río Gallegos, por su parte, y ante el evidente clima de tensión social, sigue patrullada por efectivos de la Gendarmería.