Juan Pablo Schiavi, flamante sucesor de Ricardo Jaime al frente de la secretaría de Transporte es un hombre que ha estado en administraciones de todo tipo de color político, según informó Perfil.com al conocerse su designación: Militó en la Juventud Peronista, fue montonero, trabajó junto a Italo Luder, Carlos Grosso, José Manuel de la Sota y José Octavio Bordón, fue ministro de Desarrollo Urbano de Jorge Telerman, jefe de campaña de Mauricio Macri en 2003 y luego hombre de Julio De Vido, a quien responde y por ese motivo reemplaza al cordobés.
Su designación, lejos de revertir "el modelo", lo profundiza, ya que amplía el poder del ministro de Infraestructura.
Clarín ahora informa que Shiavi, que no tenía buena relación con Jaime, compartió dos de los cuestionados viajes pagados por empresas privadas que el ex fiscal Manuel Garrido denunció.
"Los viajes fueron el viernes 8 de setiembre de 2006, con salida a las 17:56 desde Buenos Aires, con destino a Río de Janeiro y el domingo 10 de setiembre, a las 22,12, de regreso a Buenos Aires. Además de Jaime y Schiavi integraron el pasaje funcionarios de Transportes como Jorge Devoto y Marcelo Calderón, la secretaria de Jaime, Laura Gouvert, y la esposa del ex secretario, Silvia Reyss", dice la nota. Schiavi reconoció esos viajes cuando lo consultaron y dijo no saber quién los pagaba.
Su designación cuenta con el visto bueno del sindicalista Hugo Moyano para quien, según publica hoy Ámbito Financiero, es clave mantener poder en ese área. "La llegada de Juan Pablo Schiavi, más que la pérdida de un socio signfica, según leen en la CGT, una revaloración de los gremios, que ayer tuvieron la ratificación de los subsecretarios que estaban por debajo de Jaime", publica. Esperan tener "mejor y más juego", continúa el diario, refiriéndose al entorno de Moyano. Por eso, la llegada de Schiavi fue celebrada con bombos y platillos.