El futuro de UNEN sigue siendo un misterio. La tensión entre sus miembros aflora cada vez más fuerte y sin embargo una eventual ruptura parece distante: nadie quiere pagar los costos políticos, y menos con un escenario electoral todavía incierto. Las definiciones recién llegarían al pasar el verano.
Un sector del radicalismo está trabajando cada vez más fuerte para cerrar un entendimiento con el Frente Renovador de Sergio Massa. Por ahora lo reducen a acuerdos provinciales, pero no descartan dar un “golpe de timón” si ninguno de los presidenciales de UNEN crece. Gerardo Morales y José Cano dieron el puntapié inicial, aunque por ahora siguen diciendo que su candidato preferido es Ernesto Sanz. El jueves próximo, además, Cano acompañará a Julio Cobos en un acto que el mendocino realizará en Tucumán. Será más una cordialidad, por ser el titular de la UCR local, que un apoyo contundente.
Elisa Carrió dejó de ocultar el malestar que le generaron los movimientos de radicales con Massa. Primero se refirió a la “imbecilidad” de algunos de sus socios y luego presentó una denuncia por lavado de dinero contra un dirigente del Frente Renovador (pidió que se averigüe si es testaferro del tigrense). En el medio, se mostró con Gabriela Michetti en el Instituto Hannah Arendt, un encuentro que estaba programado hace meses pero que le sirvió para seguir insistiendo que para ella el camino es ampliando hacia Mauricio Macri y no hacia Massa, a quien ya vinculó con el “narco-Estado”.
En el medio están Hermes Binner y Cobos, que siguen considerando que UNEN es la mejor opción, basándose sobre todo en que figuran mejor posicionados para ganar esa interna. El socialista, que ayer recorrió territorio porteño junto a Roy Cortina, argumenta que hasta ahora nadie rompió. “El ruido mediático no impacta en la médula del frente”, dicen en su entorno, donde destacan el entendimiento con Sanz y Cobos. E insisten: “No vemos señales de que la UCR quiera dejar el espacio”.
Es el radicalismo el que terminará marcando el rumbo, aunque un acuerdo con Massa podría quebrar el espacio en tres.