El kirchnerismo logró abroquelar a 95 diputados en la defensa del ex ministro. Con 86 ya se garantizaba el tercio necesario para protegerlo. En votaciones de este tipo, ese número es clave, porque es el que bloquea cualquier intento de alcanzar los dos tercios. Un cálculo estimativo de las bancas que se renuevan, basado en las encuestas y los pronósticos de los propios espacios políticos, muestra que el respaldo a De Vido no sólo se mantendría sino que incluso se podría incrementar.
De todas formas, esta situación no va a frenar la estrategia que ya tiene en marcha el Gobierno, de utilizar la derrota parlamentaria del último miércoles como un eje más en la campaña electoral. Las principales espadas de Cambiemos salieron en fila a pedir el voto para acercarse a los dos tercios. “Lo importante es que en diciembre Cambiemos tenga más diputados”, dijo Elisa Carrió. Y fue más al grano Horacio Rodríguez Larreta: “Cada diputado más que podamos conseguir nos acerca a poder destituir a De Vido y a todos los que han robado en la Argentina”.
Pero en el mejor de los casos, ganando en la provincia de Buenos Aires y terminando como la fuerza más votada a nivel nacional, Cambiemos va a rondar los cien diputados (hoy tiene 86). Seguirá lejos del quórum (129) y mucho más de los dos tercios (172). Así, Macri seguirá liderando un gobierno de minoría.
El oficialismo ya dejó trascender iniciativas que tiene previsto impulsar después de las elecciones, algunas de ellas de peso, como las reformas tributaria, laboral y previsional. Ante cada proyecto, como viene pasando desde el inicio de la gestión, el Gobierno deberá construir la mayoría. Y para eso deberá apostar a los gobernadores, al massismo y a otros sectores del peronismo no kirchnerista. El interbloque que lidera Sergio Massa, por ejemplo, seguiría teniendo poco más de treinta diputados, mientras que en el Bloque Justicialista (cuya cara visible es Diego Bossio) serán unos 15 miembros. Son los sectores en los que se apoyó el oficialismo para aprobar los proyectos más importantes.
El caso De Vido. La situación del ex ministro de Planificación, sin embargo, altera este cuadro. Bloques que se sentaban en la mesa de negociación con el Gobierno se plantaron firmes en la defensa de De Vido. Los seis diputados del Frente Cívico de Santiago del Estero, que responden al ex gobernador Gerardo Zamora, por ejemplo. Apoyaron a Cambiemos en muchas leyes, pero al ex ministro (que durante su gestión benefició con importantes obras a la provincia) lo protegieron. Ocurre lo mismo con diputados del Bloque Justicialista, como los riojanos. Difícil que a futuro cambien su postura respecto a De Vido, porque si no no podrían defender a Carlos Menem (su candidato a senador en La Rioja).
En el caso del Frente para la Victoria, quedan 42 diputados con mandato hasta 2019. Y una estimación conservadora permite calcular que sumará 35 bancas más en esta elección (impulsado sobre todo en los 12/14 que entrarían de la mano de Cristina Kirchner en la Provincia). ¿Podría haber nuevas rupturas en ese bloque? Nadie se anima a afirmar lo contrario, pero mientras que la Justicia no avance contra De Vido, sus defensores en el Congreso difícilmente cambien de opinión.
Crece, pero sin mayoría
Por más que en el Gobierno ya saben que seguirán en minoría en el próximo Congreso, se entusiasman con que los pronósticos más alentadores les permitirán crecer considerablemente, tanto en Diputados como en el Senado.
En el primero, pueden llegar a superar los cien diputados propios (depende en gran parte del resultado en la provincia de Buenos Aires, que reparte 35 bancas). Seguirán necesitando armar alianzas, pero quizá logren no depender siempre de los mismos.
El Senado es hoy el territorio más hostil, donde Cambiemos apenas tiene 17 senadores. Como pone en juego pocas bancas, los pronósticos más alentadores calculan que sumaría 8 más, hasta 25. Lejos, igual, del quórum propio (37).