Después de casi cinco años sin tener una flota propia, Alberto Fernández se encamina a cerrar un acuerdo para tener un nuevo avión presidencial que reemplace al Tango 01. Para eso tienen que pagar 22.230.000 dólares y entregar la nave que quedó en desuso a mediados de 2017.
"Se tiene que depositar el dinero en la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), firmar el contrato y realizar la inspección pre compra. Si esta última está ok, OACI libera los fondos y se cierra", explicó a PERFIL una de las personas de la Presidencia que trabaja desde febrero de 2020 para cambiar la nave.
Los primeros trámites para mejorar la flota presidencial comenzaron a finales de 2019. Allí, se planteó "un plan de trabajo específico que estableciera las intervenciones que requería el Tango 01 para volver a estar operativa". Para los primeros meses de 2020 ya se contaba con un documento con un nivel de detalle importante sobre el estado del Tango 01 y las necesidades a cubrir a los fines de su reparación integral y vuelta a la operatividad. Sin embargo la pandemia demoró todo.
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Qué es la OACI
Después de hacer un análisis en detalle, se decidió que la mejor opción era hacer un trabajo en conjunto con la OACI. Se trata de un organismo especializado de Naciones Unidas y la máxima autoridad regulatoria a nivel mundial en materia de aviación.
"La intervención de este organismo garantizaba que los trabajos que se realizaran sobre la aeronave presidencial no solo tuvieran los más altos estándares de seguridad operacional, sino también que los procesos licitatorios tuvieran la mayor publicidad y la máxima transparencia", señalaron fuentes de Presidencia.
En un primer momento la intención del Gobierno era hacer los arreglos necesarios al Tango 01 y ponerlo nuevamente en funcionamiento. Sin embargo, después de los acuerdos que se firmó con la OACI, que validó con Naciones Unidos, "se acordó avanzar en un proceso de licitación para el reemplazo de la actual aeronave presidencial, por una de similares características", señalaron desde Presidencia.
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Uno de los argumentos que la OACI planteó ante el Gobierno sostiene: “Teniendo en cuenta el tiempo estimado para realizar los trabajos requeridos para reparar la aeronave, es muy ambicioso considerar que las reparaciones se completarán a tiempo, teniendo especialmente en cuenta que una reparación de motor de nivel cuatro deberá realizarse necesariamente en ambos motores".
Ante la consulta de PERFIL, los voceros de la Presidencia se esforzaron en aclarar que avanzar en la reparación "implicaba asumir la realidad de que la reparación sería más costosa y con tiempos indeterminados".
Recién el 13 de abril de este año la OACI comenzó el proceso de licitación. El 24 de mayo hubo una reunión que encabezaron funcionarios de la Secretaría General de la Presidencia, a cargo de Julio Vitobello, con los representantes de la OACI.
Avanzar en la reparación implicaba asumir la realidad de que la reparación sería más costosa y con tiempos indeterminados
Allí informaron que de las tres empresas que se presentaron, sólo una de ella cumplía con los requisitos. Se trata de C&L Aviation Group, la que tenía la documentación necesaria.
En este escenario, se espera que en las próximas semanas Alberto Fernández anuncie el pago de los 22 millones de dólares y la firma del contrato del nuevo Boeing 757-200 que servirá para que Presidencia tenga una flota propia para viajar y no tenga que alquilar uno cada vez que lo necesite.
AR CP