Las autoridades rusas investigan la muerte de unos 30 niños muertos por desnutrición o supresión de alimentos en un orfanato de Miski, en la región siberiana de Kemerovo, donde se alojan 400 menores de edad con enfermedades congénitas que les impiden moverse o comer.
En los últimos dos años y medio murieron 27 niños y 670 mil rublos (16 mil euros) fueron derivados del Estado para la asistencia de los internados, informaron la agencia ANSA y medios locales. De los 27 muertos, como indicaron las autopsias, 11 fueron por supresión de alimentos. Las enfermeras alimentaban por vía oral incluso a los niños que debían ser alimentados por sonda.
La fiscalía abrió una investigación y el director del instituto está siendo indagado por negligencia culposa y abuso de autoridad. La investigación se inició debido a la muerte de un niño de 11 años que pesaba sólo 10 kilos.
"Vimos niños en tales condiciones como sólo se han visto en documentales de los campos de concentración nazi", dijo, indignado, el fiscal Oleg Zaratovski, al diario Komsomolskaia Pravda.