Las repercusiones por la liberación de los represores Alfredo Astiz, Jorge "El Tigre" Acosta y diez ex integrantes de la Marina no tardaron en llegar. "Me acabo de enterar, nos parece una barbaridad que se los deje en libertad, pero en alguna forma lo veniamos venir", aseguró a Perfil.com Luis Bonomi, abogado del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos.
El abogado dijo que es "increíble" que la propia Justicia, que se retarda en la realización de los juicios, utilice ese mismo argumento y termine favoreciendo a los represores. Asimsmo, vinculó el fallo a un "plan de impunidad" que se viene denunciando desde hace tiempo en los organismos de derechos humanos.
"Venimos denunciando que hay un plan de impunidad, ya habíamos marcado que las leyes no eran el final de una lucha, sino sólo el principio para lograr la cárcel a todos los genocidas, pero por el ritmo de la Justicia y diversas maniobras dilatorias, parte de ese plan de impunidad, no se los ha juzgado aún", concluyó.
Entre la esquizofrenia y la cachetada. "Esta parece una decisión esquizofrénica", sentenció Graciela Resemblum, querellante en la megacausa ESMA, en declaraciones al canal de noticias TN. "Repudiamos el hecho", sotuvo y añadió que desde la querella impulsan la modificación del código penal para que permita juzgarlos por "genocidio".
Resemblum subrayó que los "vericuetos legales" que hoy dejan en libertad a Astiz y Acosta "no tienen en cuenta que existe una impunidad biológica: o se mueren los genocidas sin condena o se mueren los familiares".
Por su parte, la dirigente de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora, Taty Almeida, calificó a la decisión de liberar a los represores como "una cachetada" y "una vergüenza". "Esto es un agravio, que nos pase esto es un sopapo. Miren el regalo de fin de año que nos hacen", se quejó Almeida, informa el sitio web de la agencia de noticias Télam.
