Una década después del escándalo de la venta de armas a Ecuador, Croacia y Bosnia, una investigación del Diario Perfil revela que el gobierno de Néstor Kirchner decidió venderle municiones a una empresa paraguaya, acusada de ser proveedora de las poderosas bandas de narcos de Río de Janeiro y las FARC colombianas.
Por un lado, la Dirección General de Fabricaciones Militares vendió más de un millón de proyectiles. Por el otro, el Estado – a través del Registro Nacional de Armas (RENAR)- dio el visto bueno para que dos firmas privadas argentinas comercializaran armas y balas a Perfecta Sociedad Anónima Mercantil e Inmobiliaria, una conocida firma dedicada formalmente a vender armas de defensa personal.
El 29 de octubre de 2003 la empresa tucumana Servicios y Aventuras ingreso al RENAR un pedido de autorización para exportar 770 mil cartuchos de diferentes calibres a Perfecta SAMI. Por esos mismos días, una pyme de la ciudad de Buenos Aires, Tactical Tecnology SRL, solicitó al RENAR que le permitiera enviar a Perfecta SAMI un centenar de escopetas a repetición. Los dos pedidos obtuvieron un sí como respuesta. Por entonces, el RENAR dependía del Ministerio de Defensa, a cargo del actual senador José Pampuro.
Fuentes oficiales y militares aseguraron al Diario Perfil que el interés por Perfecta SAMI no fue exclusivo de la órbita privada. Entre fines de 2003 y principios de 2004, Fabricaciones Militares solicitó al RENAR la autorización para exportar más de 1 millón de municiones de variados calibres a la empresa paraguaya. El envío sonaba desmesurado: semejante cargamento serviría en Paraguay para matar a un cuarto de su población.
Por eso, el RENAR elevó una nota a la Cancillería para obtener algún tipo de asesoramiento, y el Ministerio de Relaciones Exteriores lo giró a la Comisión Nacional de Control de Exportaciones Sensitivas y Material Bélico. Mientras el RENAR aprueba o no los envíos de armas y municiones para uso civil, esta comisión integrada por Defensa, Cancillería y Economía autoriza las operaciones con armas, municiones y explosivos de uso militar.
La destinataria de estos cargamentos de municiones tiene amplias oficinas en una calle céntrica de Asunción. Perfecta SAMI es en realidad un grupo empresarial que se dedica no solamente a las armas, también tiene negocios inmobiliarios, de importación, de exportación, hoteles, campos, y hasta tiene la representación de la marca BMW en la capital paraguaya, uno de los puntos del planeta donde circulan más autos “mellizos”.
En el 2002, la Dirección de Fiscalización de Armas y Explosivos de la Policía Civil de Río de Janeiro dio a conocer un informe de precios sobre la presencia de armas argentinas. Y, en 2004, la Delegación de Represión de Armas y Explosivos (DRAE) de la policía carioca hizo público un trabajo en el que da cuenta de que más de cuarenta pistolas y revólveres Bersa habían sido secuestrados sólo durante 2003. Las autoridades brasileñas sostienen que el ingreso de las armas Bersa argentinas, como tantas otras, se realiza a través del Paraguay. Bersa opera en Paraguay a través de Perfecta SAMI.
En diálogo con el Diario Perfil, el jefe del DRAE carioca, Carlos Oliveira confirmó que en sus operativos llegaron a Perfecta SAMI y que saben que es una de las empresas que más armamento abasteció al crimen organizado en Río durante los años 90. De igual manera se manifestó Vantuil Cordeiro, a cargo de la División de Represión del Tráfixo Ilícito de Armas de la Policía federal en Brasilia.
Pero no sólo en Brasil las actividades de Perfecta SAMI se hicieron conocidad. El 13 de mayo de 2005, el diario paraguayo La Nación informó que el gobierno colombiano de Álvaro Uribe había entragado a las autoridades del Paraguay la nómina de armas de esa procedencia que se les había incautado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARCS). Una de ellas era Perfecta.