El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, parece no haber escuchado a Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo linea fundadora, que pidió "escuchar" el reclamo del ultimo jueves, ni al Nobel de la Paz, Adolfo Perez Esquivel, quien dijo que "no se puede decir que todos los que salieron a la calle tenían que ver con la dictadura" porque "se expresó bronca".
Medina demostro que el Gobierno mantendra su "sordera" ya que ayer redobló sus críticas al cacerolazo y dijo que lo llevaron a cabo personas que en otros tiempos "recurrían a golpes militares" para mantener "sus privilegios" y en la actualidad acuden "a los grandes medios de comunicación".
En ese sentido, ratificó que el gobierno continuará con sus políticas y reclamó a los sectores que se manifestaron que "se organicen, que armen un partido político" porque "van a dejar de ser minoría cuando ganen una elección presidencial".
"Mientras tanto nosotros seguiremos con este rumbo", remarcó, tras lo cual opinó que muchos de los reclamos escuchados el día de la marcha son "por lo bueno" que está haciendo el gobierno, como la asignación universal por hijo, la expropiación de YPF, entre otras, que "molestan" en esos sectores sociales.
En declaraciones al programa 6.7.8 del Canal 7, donde se realizó un largo informe con una serie de consignas agresivas contra el gobierno por parte de los manifestantes, Abal Medina ratificó que esos reclamos "nada cambian la agenda" del gobierno. Se trata, interpretó, de "un sector que desde el principio se ha opuesto al proyecto de inclusión social" del kirchnerismo.
"Cuando uno distribuye el poder social, político, un sector pelea por mantenerlo", estimó, y mientras "en otros tiempos recurrían a golpes militares hoy lo hacen a los grandes medios de comunicación para mantener esos privilegios", sostuvo. En ese marco, "se suman otros intereses particulares" como por ejemplo, los contrarios a los derechos humanos y de defensa, dijo, del "poder del monopolio Clarín".
Negó, además, que se trate de una "estigmatización" decir que las personas que salieron a protestar pertenecen a la "clase media y media alta" porque "no son ni mejores ni peores que el resto de los 40 millones de argentinos", dijo. Esas expresiones "valen lo mismo que cuando se expresa otro sector social", agregó. "Esa gente que va en auto a la marcha no tiene más valor moral que los que van en un ómnibus", destacó, en referencia a las marchas que organiza el oficialismo.
Asimismo, rechazó que haya existido espontaneidad en la convocatoria porque "algo que se arma 15 días antes deja de ser espontáneo", opinó. Los sectores que salieron con sus cacerolas, agregó, demuestran que "no pueden ser canalizados por expresiones políticas" existentes porque "nadie quiere quedar demasiado pegado a esta agenda", como ocurre en otros países donde hay importantes partidos de derecha, aseguró.
De todas formas, "no estamos hablando de toda la clase media alta o alta", sino de "sectores que no están acostumbrados y no toleran una Argentina igualitaria", consideró. Pero esa marcha "no nos tiene que preocupar, está bien que se expresan como cualquier sector social", dijo, aún a pesar del "odio" y de un "nivel de agresividad brutal" contra la presidenta Cristina Fernández y el gobierno, expresó.