POLITICA
EL MINISTRO DIJO QUE NO HABRA MAS AJUSTE

Para los economistas, sostener el equilibrio ya representa un esfuerzo

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Definiciones. Guzmán se mostró cauto ante la emisión de pesos, y el mercado lo tomó bien. | pablo cuarterolo

El Gobierno apuntaría a repetir el próximo año un nivel de déficit fiscal similar al de este año que calculan rondaría entre 0,5 y 0,8% del PBI, al plantear que debido a la indexación del gasto mantener ese desequilibrio igual “implicará un esfuerzo”.

Martín Vauthier, de Eco Go, evaluó que fue “positivo” que el ministro de Economía, Martín Guzmán, “dijera que no habrá una expansión fiscal financiada con emisión monetaria, y como también señaló que en 2020 no va a haber ajuste, se podría pensar que el año próximo apostarían a tratar de repetir el resultado de este año, que va a estar un poco debajo del 1%”.

El analista sostuvo que “ya sería un esfuerzo repetir el resultado de 2019 porque tenés más de la mitad del gasto indexado al pasado por la fórmula de movilidad previsional, y en un contexto de desinflación genera un deterioro en el resultado fiscal si se mantiene el statu quo”. Permanecer con un nivel de déficit similar a este año “ya significa un esfuerzo porque implica o modificaciones en la indexación del gasto o introducir nuevos impuestos”. Según su visión, “más allá de si en 2020 se presenta un número un poco más alto o más bajo, lo importante” para los acreedores será que se “presente un sendero fiscal que tenga consistencia intertemporal, más que un ajuste brutal en un año, lo que el mercado va a pedir son certezas de un sendero que converja al equilibrio y eventualmente al superávit para hacer sostenible la deuda”.

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Un análisis similar trazó Guido Lorenzo, de LCG, quien consideró que “es entendible” el diagnóstico de Guzmán de “que Argentina debe primero crecer para que la deuda sea sostenible; de hecho, ese crecimiento es el que le quitará presión a la necesidad a tener excedentes fiscales”.

En ese marco, sostuvo que “el equilibrio entre no descuidar las cuentas públicas y alcanzar crecimiento justificaría que en 2020 la economía termine con un déficit similar al que deja la gestión Cambiemos, en torno al 0,4% del PBI”. Coincidió en que “la inercia por la indexación del gasto implicará un esfuerzo fiscal para mantener dicho guarismo”, y razonó que la conferencia de Guzmán “deja ver que habrá suba de impuestos para algunos sectores en particular a fin de no tener que seguir recortando gasto público”.

Por su parte, Matías Rajnerman, de Ecolatina, juzgó que los acreedores “no van a mirar tanto el déficit de 2020 sino la trayectoria de convergencia fiscal que debería ir para un equilibrio más cerca de 2021 o 2022”. Cree que con el déficit de 2020 “van a ser más laxos, y que nos dejen recuperar el crecimiento o dejar de caer” porque “hay una cuestión política y social que puede hacer que cualquier plan fracase, y creo que los acreedores son conscientes de eso”. No obstante, acuerda con sus colegas en que todo “dependerá del sendero” que presente el Gobierno.

En sintonía, Nadin Argañaraz, del Iaraf, sostuvo que  “lo relevante para la renegociación de la deuda es definir un sendero de resultado primario para los próximos años que sea compatible con un acuerdo razonable. Puede ser déficit primario en 2020 y luego superávit”. Para él es “clave que Argentina logre un acuerdo que le permita crecer, generando señales concretas de que va a aumentar su capacidad de pago”.