Con una inflación que amenaza con continuar en niveles muy altos, los sindicatos se sientan a negociar sus ciclos paritarios bajo tres premisas: acuerdos de corto aliento, sin techo a la vista y bien lejos de la pauta del 60% que trató de motorizar el Gobierno a través de su ministra de Trabajo, Kelly Olmos, a principios de este año. El impuesto a las ganancias también entra en escena.
Desde el entorno de uno de los máximos referentes de la CGT le señalan a PERFIL que, si bien la confianza en las políticas de Sergio Massa para controlar el aumento de precios permanece intacta, en este 2023 prevalecerán los entendimientos a tres meses, mirando el índice del Indec cada treinta días. El porcentaje de alza será del 20% en promedio, estiman, y de ninguna manera habrá aval a un número que signifique un horizonte.
Además de nuevas pautas salariales, hay presión para actualizar escalas de Ganancias
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Los que picaron en punta. Por eso, no llamó la atención lo rubricado en la última semana por Abel Furlan, el máximo exponente de la UOM e identificado con el kirchnerismo: a tres meses, con un 18% acumulativo gracias a un 10% de este mes y un 8% en mayo. Comercio, el gremio de mayor peso del país con 1.800.000 afiliados, se encuentra en una sintonía similar, tratando de cerrar por cinco meses un aumento de haberes por encima del 30% aunque las conversaciones para sellar esa cifra entre el gremio y las cámaras empresarias serán densas.
Docentes, cuyos sectores más duros imaginan un escenario de paritaria permanente en este 2023 si la escalada de precios no se detiene, firmaron un 33,5% durante el primer cuatrimestre, por lo que el piso salarial pasará a superar los $ 100 mil a partir de marzo y alcanzará los $ 120 mil en julio. El pacto “está abierto”, como marca una fuente gremial, y contará con una revisión en mayo y junio.
Desacuerdo por suma fija. Camioneros, el gremio de los Moyano, finaliza su ciclo de suba de remuneraciones en agosto (estableció un 107% con un bono de 100 mil pesos en 2022) pero desde el colectivo sindical ven que la inflación sigue carcomiendo el bolsillo de los trabajadores y que, más allá de los entendimientos a pocos meses, se requiere de un aumento para todos los empleados por medio de una suma fija, una opción que Alberto Fernández y los sindicatos que lideran “gordos” e “independientes” dentro de la CGT rechazan a rabiar bajo el argumento de que “se achatan” las escalas salariales.
Los gremios de sectores decisivos en la formación de precios no se quedaron atrás en este 2023. Por ejemplo, la Federación de la Carne, de Alberto Fantini, que posee más de 50 mil afiliados, selló un acuerdo del 48% hasta septiembre con números que exceden la inflación proyectada: abril 13%, junio 10%, julio 12% y septiembre 13%. Mientras que Aguas Gaseosas y Afines (Fataga), que conduce Raúl Álvarez, logró una recomposición interanual del 132% en la Rama Bebida, con un básico de $ 300 mil.
Con semejantes cifras en las cuentas de los empleados, Sergio Palazzo y Hugo Moyano ya advierten que deben producirse cambios en el impuesto a las ganancias: observan que los sueldos aumentan y las escalas permanecen intactas.
