Si algo faltaba para que Alfredo De Angeli se convirtiera en el principal referente de las quejas del campo, ello llegó hoy con la decisión del fiscal Marijuán de pedir su detención. Pero esto no hizo más que agregar un nuevo jalón a una trayectoria que habla por sí sola de la representatividad asumida sin problemas por este hombre de 51 años.
"Cómo se nos escapó éste", dicen de hecho que dijeron algunos en la Legislatura de Entre Ríos hace algunas semanas, cuando ese orador antimarketinero, con un diente menos debido a un accidente que sufriera mientras trabajaba, comenzaba a convertirse en la piedra más molesta en el zapato del Gobierno con sus críticas roncas, de lenguaje simple, lejanas al discurso político pero muy cercanas a las inquietudes y la bronca de ese público que no dudaba en aclamarlo.
Allí, en medio de ese corte en la Ruta 14 que impidió el paso de camiones por 20 días y monedas, terminó de surgir un líder que en realidad ya existía desde mucho antes. Y allí también, por ende, más de uno recordó lo cerca que había estado De Angeli de integrar la lista de candidatos a diputados por Entre Ríos en las elecciones provinciales de 2007.
Según revela el sitio davidricardo.com.ar, que informa sobre la actualidad social y política entrerriana, el hombre "tenía serias aspiraciones de integrar" la lista encabezada por el gobernador Jorge Busti, lo que finalmente no se cristalizó por razones que no quedaron del todo claras pero que tendrían que ver con presiones que bajaron desde la mismísima cúpula de poder "K".
Seguramente, hoy la decisión de negarle a De Angeli un lugar en la lista del bustismo es lamentada y mucho por quienes no tuvieron la capacidad de ver las aptitudes de líder de este hombre que el año pasado era ya un referente importante de la ciudad que lo vio nacer, con una participación destacada en la movida ambientalista que tiene cerrado el paso desde allí a Uruguay.
En abril de 2007, incluso, De Angeli denunció haber sido golpeado por efectivos de la Prefectura luego de una protesta frente a Buquebús. Pero ya en 2002 un piquete había valido al hombre un problema con la Justicia, cuando luego de una manifestación agropecuaria en la Ruta 14 pasó una noche detenido en Concepción del Uruguay.
Es que De Angeli lleva nada menos que 20 años luchando por lo que él considera los derechos de su tierra y del sector agrario. No es un improvisado, sino un caudillo curtido en las asambleas de base, con mucha experiencia en eso de unir fuerzas con otros sembradores o vecinos, tomar la palabra y arengarlos.
Para ello, este hombre al que llaman "El Melli", que además de su mellizo Atilio tiene otros siete hermanos y es padre de tres hijos, de cuya madre está separado, cuenta a ojos de quienes lo siguen con dos atributos fundamentales que hacen a la esencia de un líder.
La primera de esas virtudes que destacan quienes lo conocen es su honestidad, que en los años 90, cuando su propiedad estaba a punto de ir a remate, lo llevó a devolver un maletín lleno de dinero a un hombre de negocios, que lo había perdido mientras pasaba por Gualeguaychú con su Mercedes Benz.
El otro gran atributo de caudillo que se le alaba, en tanto, pasa por la simpleza que caracteriza su mensaje, siempre directo, sin ambages y diferente por ello mismo al de otros líderes de la protesta del campo como el propio presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, con quien De Angeli se ha enfrentado en más de una oportunidad.
Todo eso hace de este un hombre que, más allá de pergaminos académicos, muñeca política o experiencia como dirigente, era líder quizás sin saberlo desde mucho antes de la actual protesta del campo. Líder por naturaleza, y no por publicidad o marketing. Aunque ahora, gracias a un dentista que no le quiso cobrar por el arreglo, ya cuente de vuelta con aquel diente perdido.
(*): Redactor de Perfil.com.