POLITICA
El juicio oral al religioso

Piden 37 años de prisión para Grassi

"Hemos probado que el imputado es un pederasta serial, un pedófilo y un persistente corruptor de menores", dijo el abogado Juan Pablo Gallego.

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| Tlam

El abogado Juan Pablo Gallego, uno de los impulsores de la denuncia contra el cura Julio César Grassi por abuso y corrupción de menores, reclamó ayer 37 años de prisión y la detención inmediata del religioso, al sostener que "este falso sacerdote, sin voto de pobreza, obediencia o castidad es un antisocial que no siente culpa".

Al cerrar un alegato que se extendió durante cuatro jornadas ante el Tribunal Oral Criminal 1 de Morón, Gallego aseguró que "hemos probado que el imputado es un pederasta serial, un pedófilo y un persistente corruptor de menores". Y advirtió que entonces "el encierro es la única alternativa" para frenar el accionar del sacerdote.

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De esta manera, Gallego reclamó 37 años de prisión para Grassi, la pena más alta que se solicitó hasta ahora: la Fiscalía había pedido 30 años de prisión, mientras que los querellantes "Gabriel" y "Luis", los otros dos denunciantes, pidieron 20 y 25 años respectivamente.

Gallego es el abogado de "Ezequiel", el tercero de los denunciantes, pero llegó a la causa a través como representante del Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CASACIDN), un organismo no gubernamental que actúa en nombre de todos los niños de la Fundación Felices Los Niños. Grassi enfrenta la última parte del juicio oral en su contra en donde el Ministerio Público exigió 30 años de cárcel para el sacerdote por 17 presuntos hechos de abuso deshonesto y corrupción de menores cometidos contra los tres jóvenes que estaban bajo su cuidado.

En los próximos días la defensa de Grassi comenzará con su alegato para defenderse: allí no sólo intentará desvirtuar las pruebas de los acusadores sino, también, demostrarle al tribunal que es inocente de los cargos que se le imputan.

Pero ayer Gallego, el último de los querellantes que se dirigió al tribunal, insistió en calificar al cura como "la gran defraudación y el gran simulador". Según reconstruyó ante DyN, Gallego dijo en su alegato: "A una persona se las conoce por sus obras. 'Vean todo', nos dice el acusado. Estamos viendo todo, su fachada real, la de una lacra de la sociedad".

"Esta es 'su obra' -añadió-: el alma y la integridad de jóvenes depredados sexualmente y dañados para siempre en su fe. La persistente corrupción de menores para la satisfacción de sus propios deseos".

En ese sentido, Gallego acusó a Grassi de ser él mismo quien destruyó la obra de Felices los Niños "dilapidando fondos para comprar testimonios y financiar grupos de tareas para hacer escraches contra fiscales y atacar cobardemente a las víctimas".
Incluso, el abogado aseguró que desde "ese parque de diversiones" que a su criterio construyó, supo "burlar el control de la justicia" y desde allí "sentó su base de operaciones este perseverante corruptor de menores", siempre de acuerdo al relato de sus palabras ante el tribunal.

Al respecto, el abogado reclamó: "No culpemos a la Iglesia ni al celibato. La personalidad de Grassi, narcisista patológico y pedófilo compulsivo, preexiste a la elección voluntaria de la profesión tras la que se escondió y deshonró. Taxista o policía también sería un abusador".

"Grassi es un peligroso pedófilo, un pederasta social, un antisocial que no siente culpa. No hay redención, ni remordimiento. El encierro, señor presidente, es la única alternativa", aseveró.

Fuente: DYN