Como nunca antes en la historia norteamericana, la polarización extrema se vive en las elecciones de medio término que preanuncian una dura derrota para el presidente Joe Biden y su partido demócrata. Pero más allá del resultado y las discusiones sobre el rumbo de la gestión, se observa en las calles un sentir de extrema tensión por lo que -dice cada sector- representa el oponente. No es casualidad que tanto para el oficialismo como para los republicanos, el opositor es un "peligro para la democracia". Biden fue hasta más allá y habló del "peligro" que significa para el sistema el votante opositor.
Elecciones en EEUU: Elon Musk recomienda en Twitter "votar por un Congreso republicano"
Analistas y líderes de opinión concuerdan que fue Donald Trump quien llevó la discusión a lo absurdo, sin embargo el clima de época polarizada que vive la región (los ejemplos son las últimas elecciones en Chile o Brasil) hicieron que los demócratas salgan a "jugar" en ese punto durante el cierre de la campaña. Movilizar por el aborto para el oficialismo o radicalizar el mensaje de odio sobre los inmigrantes para los republicanos pasó a ser moneda corriente.
La situación se plantea de una manera tal que -atención al dato- días atrás 50 migrantes, incluido un bebé de un mes, fueron enviados en un autobús desde Texas a la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris en Washington DC, para que "se haga cargo del asunto". El autobús dejó a los migrantes, frente al Observatorio Naval, el hogar tradicional de los vicepresidentes estadounidenses.
Por su parte, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo que tiene la intención de utilizar "cada centavo" de los US$ 12 millones que su estado presupuestó para reubicar a inmigrantes. Este mensaje, más su trabajo en el manejo de la pandemia pusieron a este funcionario en el centro de la escena republicana y hay quienes aventuran que ya no ve con buenos ojos ser "vice" de Donald Trump, sino enfrentarlo en una interna para las próximas elecciones.
Sin margen. Desde que asumió Trump, EE.UU. quedó envuelto en una crisis de la cual no puede salir. La pandemia fue catastrófica, las revueltas por el asesinato de George Floyd exacerbaron los ánimos de las minorías, buscaron aprobar un juicio político contra Trump que se detuvo en el Senado. Hubo una toma violenta del Capitolio. La retirada de Afganistán fue desorganizada. Biden tiene serias limitaciones para gobernador y el 28 de octubre un hombre atacó con un martillo a Paul Pelosi, esposo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, al grito de: "¿Dónde está Nancy?".
(*) Desde Washington.